Ocurrió hace un par de meses. La ministra de Asuntos Sociales de Suecia, Morgan Johansson, visitaba España y mantuvo un encuentro con la secretaria de Estado de Cooperación, Leyre Pajín. Johansson le preguntó a Pajín si hablaba inglés, y la española respondió afirmativamente: "Yes, yes". 

La conversación transcurrió con varios "yes" de Pajín al modo del chiste: 

- Hola, buenos días, ¿es la academia de inglés?

- If, if, between, between.  

Pero, en un momento dado, Johansson le hizo una pregunta directa y se dio cuenta de que la joven secretaria de Estado no se había enterado de nada. Así que, se marchó de malos modos por haberla hecho perder el tiempo. Y es que si malo es no hablar inglés cuando uno se encarga de cuestiones internacionales, peor todavía es no reconocerlo.