En cuanto al programa de ayer en TVE en el que el Presidente Zapatero se sometió a las preguntas de los ciudadanos, se ha comentado mucho la pregunta que le hizo un ciudadano navarro. ‘Cuánto cuesta un café'. El jefe del ejecutivo respondió: ‘80 céntimos'. Y el señor, le replicó: ‘eso, en los tiempos del abuelo Patxi'. Fue genial. estas eran algunas de las opiniones vertidas por los periodistas:

Carlos Herrera, en Onda Cero, apuntaba que fue un programa "un poco tedioso, por el formato, en el que el presidente sacó la estrategia de los políticos que tienen cargos de responsabilidad. Si le hacen preguntas concretas, responda a preguntas concretas. Ayer vendió una España ideal, en el que hubo alguna pregunta más o menos interesante. Zapatero dijo que el café cuesta 80 céntimos, o Zapatero toma poco café o no paga él. 80 céntimos, depende. El que no sabe lo que vale un café, puede acabar sabiendo lo que vale un peine".

Para Casimiro García Abadillo, en Onda Cero, "el problema es el formato que tiene este nuevo programa: el presidente del gobierno, sea quien sea, siempre tiene la intención de agradar y luego de hacer de hada madrina de los interrogantes. Esa tentación, de ser el hombre milagro, el saber que lo concede todo, es el propio formato el que te lleva hacia eso". A su juicio, el presidente debiera haber reconocido que "no se tiene solución para todo". "No me gustó el programa porque las preguntas eran demasiado concretas, de problemas específicos, que no interesan a la mayoría. ¿Es normal que no hubiera ninguna pregunta de seguridad ciudadana o de política exterior? Yo creo que eso no refleja lo que piensa la calle, sino los 41 que preguntaron. No podemos hacernos la idea de que eso es más objetivo que las encuestas".

Carlos Rodríguez Braun opinaba en Onda Cero que "todo el mundo sabe que no tiene por qué saber lo que cuesta el café".

En la misma emisora, José María Calleja destacaba que "cualquier formato tiene complicaciones. Me pareció valiente la fórmula empleada, por novedosa. Cuando hacemos una pregunta los periodistas, tendemos a escucharnos a nosotros mismos, tendemos a pensar que la pregunta es más importante". "La gente en su conversación diaria no creo que hable mucho de la política internacional. O sea, cada fórmula tiene ventajas e inconvenientes. Ayer, la prueba de que el asunto no estaba amañado, es que se le hizo esa pregunta". "Me pareció que empezó a cañón, y después se hacía un poco largo".   

Y también en Onda Cero, Enric Juliana comentaba que "Zapatero no perderá las elecciones por ese café de anoche. El problema es el momento de debate político muy acalorado, de mucha tensión verbal, que no social, en el que hay un cansancio por parte de la sociedad, por cómo se están comportando la política y por el comportamiento de los medios de comunicación. Y el programa introducía elementos de veracidad. El programa fue un éxito. En este campo escénico, es donde Zapatero falla, él intenta ser genuino, ‘sé lo que cuesta un café', y falla. Es un fallo escénico. Este programa plantea una reflexión interna para los periodistas. La labor del periodismo sigue siendo de intermediación. Esa labor hay que cuidarla y hay que estar atentos a no perder el contacto con la calle".

Y en la COPE, Federico Jiménez Losantos opinaba del programa que fue "un numerito, en un plató francés, son tan originales que copian los colores de la bandera francesa. Por cierto, que en Francia no se cree nadie las preguntas de los ciudadanos corrientes". E insistía en los colores del plató: "podían haber puesto los colores de la bandera de España, ¿verdad, Luis Fernández? ¡Ah, que le da asco al presidente del gobierno. Pues casi mejor morao".

Y añadía con dureza el locutor de la COPE, dirigiéndose al presidente: "Si usted no tiene parte en esa fechoría, díganos qué exploté en los trenes, qué mató a la gente. Llevan tres años mintiendo, obstaculizando la acción de la justicia. ¿Qué estalló en los trenes para hacerte presidente del gobierno? Una operación de las alcantarillas del estado. Dice que lo sabe, pues cuéntanoslo y empieza por el arma del crimen. A ver, ¿qué estalló en los trenes, Zapatero, ¿no lo sabes? Pues venga. O es que también en eso estás mintiendo, como en lo de Navarra y lo de la ETA. Como ayer, que al terminar ese numerito ridículo, que da pena, estas tomaduras de pelo a la gente, luego dice que les invita a la Moncloa para seguir dialogando, ¿de cien en cien? Este tío es un jeta, y se piensa que somos todos imbéciles".