Promete que el acceso a la sociedad en red con velocidad de 1 mega será un derecho pero no habla del coste que supone el despliegue de redes

¿Se imaginan un titular, hoy mismo, en la prensa diciendo Trinidad Jiménez promete un centro de salud a menos de 50 metros de cada domicilio? ¿O Ángel Gabilondo promete un colegio público de calidad en cada pueblo de más de 10 habitantes? ¿O, incluso, José Blanco asegura que llegará una autovía sin peaje a cada municipio de España? Es complicado de imaginar, ¿eh? Con la que está cayendo, los paupérrimos presupuestos que manejamos y lo achuchadillo que está el Gobierno... qué va. Impensable. Si tienen que pagarlo ellos, ni hablar... por mucho que nos suban el IVA.

Ahora, que cuando las que pagan la juerga son las empresas privadas... ¡entonces sí! Busquen, busquen hoy en cualquier periódico, ahí lo tienen, Miguel Sebastián promete banda ancha de al menos 1 mega para todos y en cualquier parte de España. ¡Hala! Sebastián promete y las telecos sufragan. Pronto empezamos esta vez con las promesas electorales.

Según (San) Sebastián, a partir de 2011 se podrá navegar con banda ancha desde cualquier punto del territorio español con velocidades de 1 mega, lo cual, por si no están muy familiarizados con el asunto, es una pasada. Aunque si no están familiarizados con el asunto, no se preocupen, es lo más normal; el ministro tampoco lo está.

Para garantizar 1 mega de velocidad en el pirineo aragonés, el desierto almeriense o la braña asturiana hay que llevar a cabo un despliegue de infraestructura inasumible por un operador en solitario o por Telefónica con alquiler obligatorio a tercero a precios fijados. En resumen, que le Gobierno no pone un euro.

Todos estamos a favor de acabar con la brecha digital, acercar las nuevas tecnologías a las zonas rurales y darle el empujón definitivo a la Sociedad de la Información en España... pero prometer es gratis, y desplegar redes es, por el contrario, carísimo.