Ya adelantamos en Hispanidad que la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría y la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz (ambas en la imagen), se han hecho buenas amigas. Si lo cuentan bien no son dos 'eses' sino cuatro.

Las dos tienen el mismo problema político -son demasiado jóvenes- y el mismo problema moral -son demasiado ambiciosas-. Pero sí es cierto que ambas se han hecho imprescindibles, en el PP y en el PSOE, dos fuerzas acongojadas ante el avance de Podemos y, creo, acongojadas también ante el proceso independentista catalán.

La vicepresidenta del Gobierno tiene un sueño: ser califa en lugar del califa, a  día de hoy, un tal Mariano Rajoy.

Lo de Sáenz de Santamaría y Susana Díaz no es una revolución femenina, sólo feminista

Susana Díaz quiere convertirse en líder del socialismo español que no en vano Andalucía sigue siendo el granero de votos del PSOE, al parecer el único que le queda. Y ambas coinciden en algo muy importante: quieren convertirse en la primera mujer presidenta del Gobierno de España.

El enemigo de las 'SS' son dos varones: el presidente Mariano Rajoy, que a pesar de lo acogotado que está por el devenir electoral de su partido, no está dispuesto a cederle su sitio a Soraya como cabeza de lista para las próximas generales y que, mantiene la espada de Damocles de enviarla como candidata a la Alcaldía de Madrid... todavía hoy.

Susana Díaz tiene enfrente al bisoño, aún más bisoño que ella, igualmente ambicioso, Pedro Sánchez. Ya está arrepentida de haber hecho caso del consejo de un Felipe González, quien le pedía esperar a que pasara la etapa Sánchez, quizás porque la presumía corta. Pero el muy feminista secretario general del PSOE está dispuesto a lanzar a cuantas compañeras sea posible mientras un compañero, él mismo, se mantenga al frente del partido.

Ahora bien, ¿esto es importante No. Lo importante no es que las 'SS' consigan culminar su por ahora exitosa carrera política. Lo importante no son ellas, ni ellos, sino lo que puedan ofrecer a los ciudadanos ellos o ellas. Y ahí es donde comienzan los problemas. Soraya Sáenz de Santamaría tiene tanta solvencia técnica como principios volubles. Cuando le preguntaron sobre su opinión sobre la reformita Gallardón del aborto no dudó un momento: "yo, la ley de 1985". Es decir, la ley socialista que ha superado los 100.000 abortos anuales. Bien Por la primera 's' de las 'SS'.

Susana Díaz es una de esa políticas capaz de financiar, con dinero de los demás, la masacre de embriones humanos, que tiene en Andalucía dos de sus principales bastiones así como la ideología de género, ha sido alto cargo de una autonomía especialmente corrupta (ella se enteró por la prensa), y combinar todo ello con la pertenencia a una cofradía de Semana Santa.

Pues que las 'SS' se pongan a la cabeza del país. No digo que puedan hacerlo mejor que Rajoy y Sánchez, pero siguen siendo dos personas que sólo creen en su carrera política. Eso no es una revolución femenina, sólo feminista.

Las 'SS', créanme, no regenerarán España. A lo mejor sirven para parar a Podemos, pero es que Podemos no es una causa de esta España decadente, es sólo su consecuencia.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com