Los hogares de ficción se adaptan a la desestructurada nueva sociedad: familias unipersonales, parejas homosexuales e hijos adoptados protagonizan las nuevas series televisivas procedentes de Estados Unidos y que llegan a España. Una auténtica deformación de la sociedad y de la familia. El veneno norteamericano nos llega a través de las series televisivas.

Modern Family es una serie de televisión cómica estadounidense estrenada en la ABC y que ha liderado una nueva generación de producciones en la que el matrimonio entre una ama de casa y un agente de seguros resulta mas insólito que la relación del padre de la protagonista, casado con una colombiana a la que dobla la edad, y la del hermano, que vive en pareja con otro hombre. Todo esto no es familia, es un contubernio, una deformación de la institución matrimonial.

Fox emite todos los miércoles a las 22,40 horas una nueva temporada de la corrupta serie televisiva Hope. En ella, una familia afronta la inesperada incorporación de una niña fruto de una relación de una noche del hijo veinteañero con una mujer condenada y ejecutada por asesinato.

También Fox, estrena The New Normal, una aberrante serie cómica que trata de la convivencia de dos homosexuales que pactan con una madre soltera que ésta preste su seno materno para dar un hijo a la degradada pareja.

Siempre que se habla de la familia, se habla de permanecer juntos y aprender valores como la confianza, la honestidad y el amor. Hay cosas que no cambian, ni se podrán modificar, porque están grabadas en el corazón del ser humano. Pertenecen a la ley natural.

Entre las novedades de las bandas horarias norteamericanas se encuentra también el folletín tosco y nauseabundo The Fosters, que cuenta la vida de dos lesbianas, una policía blanca y la otra docente negra, que educan a un hijo biológico y a dos gemelos adoptados. Se produce un vuelco en su hogar después de acoger, bajo su techo, a una problemática adolescente.

En España, la cadena AXN White estrena la cuarta temporada de Nadie es perfecto. Trata de un padre autodestructivo, una madre pirómana, un quinceañero con sobrepeso y su egocéntrico hermano. Con este conjunto de anormales se constituye el núcleo de una bochornosa serie. (Fuente: El Mundo).

Clemente Ferrer
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