Sr. Director:
"Unos 570 millones de personas podrían alimentarse con los granos que las plagas de ratas se comen cada año en los arrozales de Asia".

 

Dicho así parece una exageración alarmista pero resulta que la estimación es del Instituto Internacional de Investigación del Arroz, que la considera incluso moderada, según Grant Singleton, experto en roedores de este organismo establecido hace 50 años cerca de Manila.

"Resulta difícil evaluar los daños porque en Malasia destruyen un 6 por ciento de las cosechas mientras que en Indonesia llegan al 17 por ciento, pero la experiencia nos dice que son siempre superiores a lo que pensamos". Singleton y su equipo han descubierto que en los últimos años han empeorado las plagas, que también causan destrozos en los graneros.

La expansión de las ratas desde 2007 se ha debido también en gran parte a un fenómeno natural que ocurre aproximadamente cada medio siglo: la floración masiva del bambú, que proporciona una ingente cantidad de alimento a los roedores y acelera su reproducción.

"El mayor problema ocurre con los pequeños agricultores, que pueden perder toda su cosecha por culpa de los roedores en algunas regiones montañosas". Contra esto hay que recordar las trabas que encuentran ahora para hacer tratamientos masivos por las tendencias ecologistas. Tal vez haya que plantearse "Las ratas o los humanos".

Domingo Martínez Madrid