De entrada, todo político que dimite, que pierde voluntariamente el cargo -y menudo cargo-, merece mi respeto: porque decide perder, no ganar.
Elena Valenciano, en su mejor estilo, no ha dimitido como eurodiputada, que es un chollo, pero sí ha dicho que renuncia a una pensión vehiculada a la sicav.
Rosa Díez ha dicho que el sistema del que ella también se ha beneficiado no es ilegal, pero ha dicho algo más: el eurodiputado no se beneficia más porque se tramite por sicav.Y Montoro recuerda que el método de rentabilización de esa aportación la decide el empleador, el Parlamento. Y que es legal.
Para entendernos: no sé porque un eurodiputado -o un diputado- tiene que tener un plan de pensiones pagado por el empleador: es decir, por todos. Ya se le paga muy bien, en salario y en dietas.
A ver si nos entendemos. Es lógico que una sicav tenga un tratamiento fiscal deducido. Porque el problema de las sicavs no es su bonhomía fiscal, sino para qué se utilizan. Se utilizan para reducir el efecto fiscal en la trasmisión de títulos. Entonces, o se suprimen las sicavs o se suprime la fiscalidad por trasmisiones en el seno de un mismo propietario.
Mi opinión: que toda Europa suprima las sicavs, todos a una, y que, de una vez por todas, Occidente luche por la desaparición de los paraísos fiscales.
Además, el funcionamiento o de las sicavs es fraudulento de suyo. En teoría, es una sociedad colectiva, de muchos propietarios, pero todos sabemos que eso es mentira. La sicavs es material de un solo dueño. Ocurre que los gestores de la misma, por lo general un banco o una gestora de fondos, le aportan socios falsos, incluso los propios empleados del banco o gente neutra que nada manda en la sicav.
Ahora bien, las sociedades de capital variable no son lo peor que ha hecho el Europarlamento. Y en efecto, me creo que muchos de los beneficiarios ni supieran cómo se administraba su dinero. Lo malo que ha hecho la Eurocámara es, de entrada, pagar un plan de pensiones a los eurodiputados. En segundo lugar, dirigirlo desde Luxemburgo, que es el mayor paraíso fiscal de la Unión Europea y el país que ha detenido la unidad fiscal de la UE. Y mientras no haya unidad fiscal no habrá UE. Es cuestión mucho más relevante que la Unión Bancaria.
Ahora bien, lo de Rosa Díez y Montoro es un "me importa poco" lo que digáis: es legal y seguiré con ello. Lo de Elena Valenciano es muy hipócrita: renuncio ahora (usted eurodiputada, señora) porque a mi partido no le gusta el modelo y tengo que ser coherente. Menos coña, doña Elena. Y Meyer se ha pasado de rigorista.
En cualquier caso, nunca viene mal una dimisión. Para dar ejemplo a otros, y eso.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com
