Sr. Director:
En los últimos días, el primer ministro italiano está recibiendo una merecida reprimenda en todos los medios informativos de nuestro país, por sus orgías, por sus escándalos sexuales, sus fiestas con chicas en topless en villa Certosa, etc.
Ciertamente una vida privada nada ejemplar, si quieres hasta repugnante, inmoral, pero dentro de ese contexto privado, que en nada afecta al ritmo de avance y progreso de su país, ni al bolsillo de sus ciudadanos, ni a una mayor o menor calidad de vida de los suyos.
Y mientras nuestros medios informativos se entretienen censurando la vida privada de un perverso que no nos incumbe, se olvidan de la vida pública de otro perverso que comete tropelías mucho más graves que el italiano, que nos afectan muy directa y gravemente a los ciudadanos españoles, arruinando nuestro país, destrozando nuestro prestigio internacional y arrasando con la moral y los valores del pueblo.
¿No es más inmoral y grave legalizar el asesinato de seres inocentes? ¿No es más inmoral y grave someter el Estado de Derecho a unos terroristas para negociar con ellos? ¿No es más inmoral y grave comprar el apoyo en el Parlamento con el dinero de los ciudadanos? ¿No es más inmoral y grave mantenerse en el poder sabiendo de su incapacidad para gobernarlo? ¿No es más inmoral y grave inducir a los niños y a los jóvenes a una vida placentera de la que se derivan abusos y actos criminales? ¿No es más inmoral y grave traicionar a todo nuestro pueblo que durante 300 años ha reivindicado la españolidad de Gibraltar? ¿No es más inmoral y grave pretender imponer su nociva ideología, so pena de colgar carteles a todo aquel que no la acepte? ¿No es más inmoral y grave mentir para ganar unas elecciones, mentir para hacernos creer que sabe llevar el timón de la grave crisis que padecemos, mentir en todos sus actos como única forma de Gobierno?
Sr. Zapatero, váyase y déjenos en paz. Ya no puede engañarnos más. Tenemos el derecho (nacidos o no) a vivir. No sea tan retrógrado como para situar la muerte como único logro de su Gobierno. Su demagogia cada día cala menos. Váyase, por favor, y todos se lo agradeceremos.
Pablo Delgado Escolar
padel@telefonica.net
