La ONU ha servido de pasarela ideológica a la Cumbre del G-20 en Pittsburg y, como buen monaguillo del Nuevo Orden Mundial (NOM), el presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, ha jugado el mismo papel que en Nueva York.

El hombre que en España ha fracasado estrepitosamente contra la crisis financiera se postula para luchar contra la otra gran crisis: el cambio climático, y lo hace con el masoncete lenguaje de la  gobernanza mundial, la paz en el mundo y el nuevo mito de la economía sustentable.

En el fondo, el modelo económico que vende el NOM, y que está vendiendo la Cumbre de Pittsburg es muy sencillo, y puede resumirse en: más impuestos (ergo, menos libertad), más aborto y más especulación financiera.

Impuestos: la gran mentira del cambio climático no consiste en si se produciendo o no, sino en qué proporción se está produciendo el fenómeno y en si es bueno o malo dicha proporción. Por ejemplo, en si ese cambio climático provoca un calentamiento global y en qué medida se calienta el planeta y si es bueno o malo dicho calentamiento. No olvidemos que la polución que provocamos los medios informativos en el lenguaje y en los conceptos -ésta sí, muy real- provoca que los expertos sean manipulados y alineados. Dicho de otra forma, hay muchos expertos que no creen en el calentamiento ni en que la crisis sea tan pavorosa como describe nuestro experto Zapatero, pero esos expertos no salen en los medios: en los medios sólo Gore y los goristas

Y así nos encontramos con la primera mentira de Pittsburg: los impuestos ecológicos y las energías renovables. Cualquier excusa es buena para las ecotasas. Pero no olvidemos que un impuesto no sólo es un hecho económico, sino también político: un impuesto aumenta el papel del Estado y reduce la libertad del individuo y su derecho a la propiedad privada.

Por supuesto, otra de las mentiras de Pittsburg y del Nuevo Orden Mundial consiste en las subvenciones públicas a las grandes fortunas, que constituyen la clave de las energías eólica y la solar -especialmente ésta última-. Sin este flujo de dinero de los pobres hacia los ricos a través de las subvenciones, es decir, de las ecotasas: Me gusta la posibilidad de aplicar la ecotasa, asegura el vicepresidente del Gobierno, Manuel Chaves, por si la cosa no había quedado clara.

Segunda gran mentira y segundo mandamiento del NOM: la economía sostenible. Economía sostenible significa aborto y anticoncepción. El NOM y La Cumbre de Pittsburg así lo ratifica, tiene un primer mandamiento: en este mundo sobra gente. Especialmente: sobran pobres. La progresía mundial entiende por economía sostenible: sostenerlo todo menos a los seres humanos. Es la consideración de la persona como depredador en lugar de lo que es: un fertilizador del planeta gracias a su inteligencia. De todas las especies animales y vegetales, el único que sobra es el racional. La Fundación Clinton lo plasma en una idea madre: menos hijos por mujer. En Occidente, también ha cundido los de dos sueldos-ningún hijo y los hijos sin hermanos. En el fondo, los chinos son los más eficaces al llevar estos principios a sus últimas consecuencias: Si te quedas embarazado de un segundo hijo -pedazo de coneja-, aborto forzoso. En Occidente no es forzoso, sólo inducido, previa asfixia fiscal de la familia por los bajos salarios y los elevados impuestos.

Tercera mentira: los ricos no producen, especulan en los mercados financieros. Los elegidos para la gloria, los rectores del Nuevo Orden Mundial son rentistas y, en cualquier caso, trabajan con dinero de los demás, sea de los contribuyentes públicos o de los ahorradores privados. Por eso, estamos saliendo de la crisis por la puerta falsa: al famoso sistema financiero mundial, que ha provocado la crisis con actividades bancarias socialmente inútiles le hemos pagado sus pérdidas entre todos y ahora vuelven a especular.

Eso sí, ya no deciden 8 países en el mundo: ahora deciden 20. Es la misma conjura de los poderosos frente a los menudos, pero ahora salen más en la foto.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com