La economía vasca siempre ha mantenido importantes diferenciales de renta, productividad y salarios en relación a la media española. Sin embargo, esta buena sintonía se ha visto deteriorada en los últimos años. Diversos estudios apuntan a la pérdida de capacidad económica como consecuencia de la inseguridad jurídica que provoca el terrorismo y un gobierno nacionalista.

Y los datos empiezan a hablar. La cifra de matriculaciones en el País Vasco descendió un 9% en el último trimestre mientras que en la nacional subió un 3%. Es sólo un dato, pero significativo de lo que está ocurriendo en la economía vasca. La fuga de cerebros y el desmantelamiento del entramado industrial pueden dar al traste con el sueño de Sabino Arana.