• El 'banco malo' se niega y afirma que no ha recibido ninguna petición oficial. Oficiosa sí.
  • Alega que técnicamente no es posible. Falsa alegación.
  • Y volvemos al dilema de siempre: ¿Para qué se creó la SAREB, para pinchar la burbuja inmobiliaria o para salvar a los bancos

Las inmobiliarias están pasando, sin duda, sus peores momentos. Es el caso, por ejemplo, de Reyal Urbis. Este jueves comienza el plazo de un mes para que sus acreedores comuniquen lo que se les debe. La inmobiliaria está en concurso con un pasivo total de 4.345 millones de euros.

Entre estos acreedores figura la SAREB, al que la compañía presidida por Rafael Santamaría debe unos 700 millones de euros, por la transmisión al 'banco malo' de créditos por parte de las entidades nacionalizadas y las del grupo 2, es decir, las que han recibido ayudas.

El caso es que las inmobiliarias están presionando a la SAREB para que les aplique descuentos, tal y como ha hecho con los bancos, que traspasaron sus activos tóxicos con importantes descuentos. Su argumento es sencillo: es imposible que devuelva un crédito de 100 si el activo sobre el que recae ese crédito ahora vale 50 y ha sido traspasado al banco malo con ese descuento del 50%.

Es más, desde el sector afirman que si la entidad presidida por Belén Romana (en la imagen) no accede finalmente a rebajarles la deuda, muchas inmobiliarias no podrán aguantar la situación más allá de este año y tendrán que echar el cierre definitivo en 2014.

Pero el 'banco malo' se niega a aplicar descuentos a las inmobiliarias. Por el contrario, va a pedir que se devuelva la deuda contractual íntegra. Alega que técnicamente no es posible aplicar esos descuentos porque se trata de créditos sindicados. Sin embargo, el hecho de que sean sindicados no impide que, si realmente quiere, aplique descuentos. El problema no es técnico, sino de voluntad de hacerlo.

En cualquier caso, desde la SAREB afirman que a día de hoy no han recibido ninguna petición oficial por parte de ninguna inmobiliaria. Claro, petición oficial no, pero sí oficiosa.

Sea como fuere, estamos nuevamente ante el dilema de siempre: ¿Para qué se creó el 'banco malo', para aliviar el stock de viviendas -pinchar la burbuja- o para salvar a los bancos

Las inmobiliarias aseguran que la razón de ser de la SAREB no es otra que la de ayudar a vender y reducir el enorme stock de viviendas, pero desde el 'banco malo' repiten que su existencia tiene una doble finalidad: limpiar el balance de los bancos para que éstos puedan dedicarse a lo suyo, es decir, a conceder créditos.

La realidad es que la SAREB ha servido, hasta ahora, para salvar a los bancos. Y punto.

Pablo Ferrer

pablo@hispanidad.com