De momento, la Iglesia no ha movido ficha. Iglesia y Hacienda se encuentran en los preliminares de la negociación financiera. La Iglesia quiere saber si el Gobierno respeta el concordato y ya ha obtenido respuesta positiva. Por su parte, Hacienda quiere conocer las aspiraciones financieras de la Iglesia para poder empezar a ponerle patas. Y la Iglesia lo tiene claro : garantía de la suficiencia; al menos, según los términos actuales y renuncia al complemento presupuestario, algo en lo que en principio, está de acuerdo también el Gobierno.

El problema es que en mitad de este proceso se encuentra una reforma fiscal del IRPF. Y la Iglesia quiere saber de los técnicos de Hacienda cuál vaya a ser el impacto que esta tenga en la recaudación de la famosa X. En principio, desde el Gobierno no se descarta que se pueda avanzar hacia una elevación del actual porcentaje que recibe de la Iglesia del 0,52% al 0,8%, aunque en el discurso también se plantean otras fórmulas como el impuesto alemán.

Pero insistimos. De momento nos encontramos tan sólo en los preliminares de la negociación. No hay calendarios, ni interlocutores, ni propuestas formales. No hay nada, aunque el Gobierno se encarga de alimentar el debate a través de las filtraciones a los medios de comunicación.