En la Corea comunita la gente se muere de hambre, pero el dictador, Kim II Sung amenaza al mundo libre con lanzarle sobe la testa misiles nucleares. Sin embargo, Corea del Sur es una democracia. Un poco corrupta, ciertamente, pero democracia al fin. Por tanto, no hay peligro alguno de que nos envíe un misil nuclear. No, la especialidad de Corea del Sur son los misiles clónicos, mucho más silenciosos y no menos capaces de producir muertos.

El hacedor de este tipo de misiles no se llama Kim II Sung, sino Woo Suk Hwang, y no necesita esconderse de probables magnicidas enviados por la CIA, porque le protegen millares de periodistas y el arma más mortífera que conoce el mundo modern la adulación.

Woo Suk Hwang es un científico, no les digo más, y dirige un equipo de prestigiosos científicos (PC) dedicados a hacer clones humanos. Es verdad que se les mueren enseguida, pero no hay que preocuparse demasiado porque no son embriones, sino pre-embriones, si ustedes me entienden. Y eso es totalmente distinto. Ya metidos en harina, nuestros PC han puesto en marcha un nuevo misil, e mucha más potencia que el anterior, ante los que el bueno de Kim II Sung se va a morir de envidia: están clonando embriones de seres humanos para luego trocearlos y curar al clon primero, algo parecido a Jango Fett y su Ejército de clones, sólo que estos no asesinan caballeros Jedi, sino embriones humanos.

Y lo malo no es que este majadero Woo Suk Hwang, no Kim II Sung- juegue a ser Dios fabricando seres humanos con los que luego presuntamente (todavía no se ha curado a nadie) con tejidos sacados de sus clones, sino que la prensa mundial lo ha saludado como un gran avance, lanzando las campanas al vuelo en una actitud que recuerda (ya que andamos a vueltas con Star Wars), la frase de la última entrega de Lucas: Así termina siempre la libertad: con un aplauso.

El banderín de enganche para la barbarie animada ha resultado un éxito tan espectacular que en breve se podrá exhibir una cadena de montaje, algo así como el turismo espacial. Con una clase informativa universal con tales tragaderas y acentuada capacidad de elogio, y una clase científica que calla ante la barbarie (la verdad, también calló cuando el genocidio) el futuro se presenta de lo más prometedor. Es más, si los científicos no PC, es decir, que antes que prestigiosos son científicos, intentaran hablar sería silenciada por el ruido desinformativo de los grandes multimedia. Para el Sistema Mediático, aquel que se atreva a oponerse a los mísiles clónicos es un reaccionario que no tiene derecho a un micrófono. Está condenado a cadena perpetua de ostracismo.

No exager Escuchen lo que he leído en La Razón, probablemente el diario español más lógico al hablar de estos asuntos: Hasta ahora el uso de células embrionarias humanas como fuente de tejidos especializados para transplantes tenía un obstácul el rechazo. Dado que el tejido a transplantar tiene un origen genético distinto al paciente, cualquier injerto sería rechazado por sus defensas. Claro que el periodista de La Razón se ha olvidado de un pequeño detalle en su magnífico ditiramb idéntico resultado -ausencia de rechazo- se obtiene con las células madre adultas del mismo paciente, sin necesidad de fabricar embriones humanos para luego destrozarlos. Y, precisamente, es con estas células madre con las que sí se ha conseguido curar enfermedades, especialmente injertos de tejidos cardíacos. Pero, al parecer, el Sistema mediático ha decidido que no, que lo que hay que hacer es fabricar y matar, en nombre del progreso científico. Y nadie se atreve a gritar que el emperador desfila en pelota picada.

En cualquier caso, toda la dignidad humana está resumida en esas horribles palabras: las personas se engendran, no se fabrican.

No se con cuál de los dos dictadores quedarme: si con el de Corea del Norte o con el del Sur. Kim II Sung es un psicópata empeñado en esclavizar hombres; Woo Suk Hwang es un demente empeñado en ser Dios.

Eulogio López