Las dos caras de enero, adaptación de una novela homónima de la famosa novelista Patricia Highsmith, cuenta con todos los ingredientes que agradaban a Alfred Hitchcock: posee suspense, tiene como protagonista a un inocente acusado de asesinato y cuenta con escenas de acción, como persecuciones, que en pantalla dan mucho juego. Pero quien está detrás de la cámara es Hossein Amini, el guionista de Las cuatro plumas (2002) o Tiro mortal (2008), que ahora debuta como director.

Grecia, 1962. Un glamuroso matrimonio americano, Chester y Colette, que se encuentran disfrutando de unos días en Atenas, contratan los servicios de un compatriota, Rydal, que ejerce como guía turístico. Este, seducido por el estilo de vida que destila la pareja, acepta una invitación a cenar con ellos pero, a partir de ahí, se precipitarán los acontecimientos cuando Chester mata accidentalmente a un hombre y pide ayuda para escapar a Rydal.

Como suele ser usual en las novelas de Patricia Highsmith todo el suspense de los hechos que acontecen están rodeados de cierta turbiedad que, no obstante, no llega a ser tan perturbadora como ocurría en El talento de Mr. Ripley, otra novela llevada al cine  por Anthony Minghella en el año 1999. Porque Las dos caras de enero  se desmarca de ésta puesto que uno de los temas afrontados en esta novela es la ausencia del padre,  entendida como alejamiento.

A pesar de contar con  unas buenas interpretaciones, una acertada puesta en escena que nos lleva por parajes inolvidables de Atenas, Creta y Estambul y una banda sonora muy hitchconiana, compuesta por  el español Alberto Iglesias, desde ahora les precisamos que Las dos caras de enero no será recordada como la mejor traslación al cine de las obras de Patricia Highsmith pero sí como una opción correcta que agradará a los aficionados al cine clásico.

Para: Los que quieran ver un relato de suspense realizado al estilo clásico