La mano derecha de Rubalcaba en el socialismo español, Elena Valenciano, ha acusado a la Iglesia Católica de no echar una mano para salir de la crisis: menos palabras.

Todo ello a cuenta de las palabras del cardenal Rouco en la inauguración de la Asamblea de la Conferencia Episcopal Española. Vamos que ha venido a decir que menos teoría y más "echar una mano".

Y es que doña Elena tiene como señas de identidad socialista su Cristofobia. Arrearle una toba al cura es algo que siempre hace feliz. Pero supongo, que en esta ocasión se refiere a aportar algo material, pecuniario.

La verdad es que la propia doña Elena echa una mano para salir de la crisis con la única arma de su palabra. Bueno, y con sus salarios como diputada y secretaria de Organización del PSOE (a su vez también dependiente del Presupuesto público mucho más que la Conferencia Episcopal), que, como es sabido, doña Elena, dedica enteramente a los más necesitados por la crisis.

Pero hagamos cuenta. La Conferencia Episcopal cuenta con un presupuesto de 4,3 millones de euros para 2012. En comparación, el Presupuesto de Gastos del Estado (quito la Seguridad Social y la deuda financiera porque yo soy así de generoso) se eleva a 54.485 millones de euros. Es el control de ese presupuesto, y no la nimiedad de la Conferencia Episcopal, por el que se pelean PSOE y PP.

En plata: con la poquedad del presupuso de la conferencia, sinceramente, que nos echen una mano: no nos da ni para pipas.

Sin embrago, cuando la 'finezza' Valenciano suelta este tipo de frases, la televisiones las repiten: no porque crean que el presupuesto de la Conferencia Episcopal sirva para sacarnos de la crisis sino por fastidiar..., especialidad de la comecuras Valenciano.

La Iglesia tiene mucha influencia pero ningún poder. El Gobierno tiene mucho poder y poca influencia. Por eso, doña Elena Valenciano prefiere ser ministra que obispa. Y por eso, los curas deben echar una mano para salir de la crisis proponiendo -que es lo que ha hecho Rouco- y los políticos gestionando, que es lo que no hace Valenciano (y cuando lo ha hecho nos hemos echado a temblar).

Eulogio López

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