ING Direct es el único banco totalmente electrónico del mundo, sin oficinas. Es, se supone, el banco del futuro, aunque en el futuro siga siendo un niño en la rodillas del los dioses. La diferencia ente la banca tradicional, con vastas redes de oficinas, y la banca electrónica se deja ver en esas cifras. El grupo holandés (ellos dicen de origen holandés) ING posee 115.000 empleados en todo el mundo. Sin embargo, ING Direct España, todo un éxito, uno de los puntales de la Corporación a nivel mundial, funciona, y muy bien, con 770 empleados. No es comparable.

Por otra parte, los resultados de ING Direct en España durante 2005 son buenos y puede hablarse de consolidación de la entidad en nuestro país, donde el 80% de los españoles ya conoce la marca del banco naranja y la identifica como sinónimo de la remuneración. ING Direct cuenta ya con 1.249.000 clientes, una cuenta naranja cuyo saldo es de 11.997 millones de euros, más de 1.500 millones de euros en hipotecas y 1.759 millones en productos de inversión, especialmente fondos. El margen de intermediación creció un 38%, hasta los 162 millones y el beneficio fue de 43,5 millones de euros, frente a los 27,6 del año anterior.

ING no hace previsiones nunca. Dice que se trata de atender al cliente, darle lo que solicita en cada momento, que no pueden adivinar que va a pedir el cliente dentro de seis meses. Prudente estrategia.

A César González Bueno, director general por España de ING Direct le parece sanísima la guerra de comisiones que ha iniciado el Santander. Es más, manifiesta que se trata de una guerra inevitable y que beneficia al consumidor. La verdad es que la reducción de comisiones bancarias no es más que una guerra en la que el pez grandes se come al chico, porque puede permitirse perder más grasa que el primero. Cuando los grandes hayan demarrado y dejado fuera de combate a los bancos o entidades pequeñas, es decir, ya constituido en monopolio u oligopolio, volverán a subir las comisiones. Además, son las comisiones las que en la gestión bancaria deben cubrir los gastos de explotación, especialmente en tiempos de márgenes cortos.

Pero lo más importante es que la supresión de comisiones no deja de constituir un dumping. Los bancos dan un servicio al cliente y ese servicio hay que pagarlo. Ese es el sentido de las comisiones. Si no se obra para dejar atrás a la competencia se está haciendo un dumping, privado, pero dumping.