Jean-Pierre Jeunet, el famoso director de la inolvidable Amelie, cambia de género en Largo domingo de noviazgo y afronta  una historia de esperanza y de voluntad, con el telón de fondo de la Primera Guerra Mundial.

 

Audrey Tautou (Amelie) vuelve a ponerse bajo la batuta del realizador para encarnar a Mathilde, una joven aquejada de poliomelitis, que se niega a aceptar que su novio Manech haya muerto en la contienda junto con cuatro soldados, todos ellos acusados de intento de deserción. Tras recibir una carta de un antiguo compañero de armas de Manech, Mathilde reconstruirá, paso a paso, los últimos momentos en los que vieron con vida a su prometido.

 

Basada en la novela homónima de Sebastián Japrisot, Largo domingo de noviazgo mezcla, a la perfección, tres géneros: bélico, drama y suspense, todo ello aderezado de ligeros toques de humor (no pierdan detalle de los ingeniosos asesinatos perpetrados por Tina Lombarda en venganza por la muerte de su amado).

 

Si buscan referencias cinematográficas, el argumento de este film se encuentra a medio camino entre Los Girasoles, de Vittorio de Sica, y Senderos de Gloria, de Stanley Kubrick, pero aderezado con el sello personal (muy francés) de Jeunet.

 

Los que vieron Amelie volverán a maravillarse de la imaginativa puesta en escena de este director, del revolucionario montaje y, por supuesto, de la excelente fotografía.

 

Largo domingo de noviazgo no llega a ser tan original como Amelia, pero vuelve a encandilar al espectador.