Sr. Director:
A partir del 5 de julio entrará en vigor la Ley del Aborto. Doña Trinidad Jiménez, ministra de Sanidad ha dicho con esa sonrisa que le caracteriza -cuando de aborto se habla- que con una carta de consentimiento y una fotocopia del carné de los padres, será suficiente para que una joven de 16 años pueda abortar.

 

Las dificultades económicas que atraviesa nuestro país no son impedimento para que Zapatero siga adelante con su idea inicial de imponer a la sociedad un cambio cultural. Una vez más, demuestra este Gobierno que no es la mala gestión lo que arruina a los españoles, sino todo su proyecto ideológico que sigue en pie con el apoyo de la cultura radical. Porque esta Ley se ha llevado a cabo sin escuchar a nadie, ni al Consejo Fiscal, ni al Tribunal Constitucional, ni al Consejo de Estado, ni al Comité de Bioética, ni por supuesto a los padres, llevando a convertir en derecho algo que está penado por ley, el aborto.

El ejecutivo de Zapatero para afrontar los problemas reales de España, que ha provocado que las directrices se nos impongan desde el exterior ante el hartazgo internacional, ahora queda diáfano que la única empresa que se le ocurre potenciar a nuestro desgobierno, en medio de la grave crisis, es la de la muerte.

Pilar Mariscal