Probablemente no es fácil ser vicepresidente económico. Pero conviene disimular. La coherencia es un valor, sobre todo cuando se está al frente de una economía que aspira a estar entre las primeras del mundo. La credibilidad del ministro de Economía y la confianza resultan vitales. Pero como informamos- don Pedro se ha tenido que tragar que el pasado viernes se remitiera una nueva propuesta financiera cuando el pasado 30 de diciembre señaló que no habría más propuestas que la ya presentada.

La segunda se ha producido este martes a la entrada del Ecofin. Solbes ha justificado el acuerdo entre Zapatero y Mas para territorializar las inversiones en Cataluña por el elemento diferencial catalán. A saber: una comunidad que está fuera del Objetivo 1 de la UE y que ha estado infrainvertida en los últimos años en relación a su participación en el PIB.

Las palabras de Solbes contrastan con sus reiteradas declaraciones en contra del criterio de territorialización de las inversiones. El vicepresidente económico siempre ha defendido que estas inversiones son precisamente el elemento fundamental para ejercer la cohesión interterritorial y la solidaridad. Y así, ha explicado por activa y por pasiva que el AVE Madrid-Barcelona beneficia a los ciudadanos catalanes, pero también a los madrileños y a los aragoneses. Y desde luego al conjunto de España. Ahora, de nuevo la política le hace retorcer sus palabras.

De la misma forma, Solbes siempre se ha mostrado contrario al concepto de déficit fiscal, porque entiende que existe una única nación, la española, y que entre todos debemos practicar la solidaridad. Probablemente el barrio de Salamanca también tenga déficit fiscal, señala en privado. Pues eso. Que los sillones del Gobierno son muy golosos. Y que don Pedro tiene afición a su sillón. Y no sólo al físico.