La gordura se opone a la buena robustez. La obesidad se relaciona con el peligro de padecer padecimientos cardiovasculares, diabetes, la artrosis y los cánceres de mama y colon.

 

La Organización Mundial de la Salud asevera que sufrir sobrepeso en la infancia se relaciona con una mayor posibilidad de una defunción precoz e incapacidad en la ancianidad.

En cuanto a la infancia, el 17,8% de los chiquillos entre 2 y 9 años sufren sobrepeso. Este es uno de los resultados del proyecto europeo Idefics, cuyo objetivo ha sido investigar los orígenes de la obesidad en Alemania, Bélgica, Chipre, Estonia, España, Hungría, Italia y Suecia.

El estudio determina que Italia es el país con más gordura infantil, con un 19% seguido de Chipre y España, mientras que Suecia y Bélgica son los países que presentan los niveles más bajos. Las tasas de sobrepeso infantil en las naciones del sur de Europa, prevalecen a los países del norte y aqueja más a las chicas que a los chiquillos.

El adalid de la investigación, el profesor Wolfgang Ahrens, director adjunto del Instituto de Investigación y Prevención de la Medicina Social de la Universidad de Bremen (Alemania), aclara que la falta de tarea y el desvelo son factores de peligro en la obesidad infantil. También subrayó que los chiquillos de estirpes de bajo nivel económico y cultural, son los que exhiben mayores tasas de gordura.

La cómoda costumbre de  dejar a los niños delante del televisor para que no importunen demasiado perjudica la salud de los más menudos. Dos científicos de  Nueva Zelanda, han demostrado que visionar demasiado la televisión, durante la infancia, aumenta las posibilidades de ser obeso, de forma más directa, que la mala alimentación o por no hacer ejercicio físico. El 41% de las personas que tienen sobrepeso a los 26 años de edad coincide con aquellos que más horas pasaron, en su infancia, frente al televisor.

El óptimo condimento de la comida es el hambre, dijo Cicerón.

Clemente Ferrer

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