Exige rebajas salariales en el sector privado y nuevos recortes de gasto público

 

-Y la banca privada no está dispuesta a que la quita sea superior al 50%.

-Al final lo de siempre: pagan justos -el pueblo- por pecadores -gobernantes irresponsables y bancos especuladores-.

Este fin de semana han tenido lugar en Grecia reuniones entre la llamada troika -formada por el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Comisión Europea (CE) y el Banco Central Europeo (BCE)- y el Gobierno griego -que dirige el exbanquero Lucas Papademos- para negociar un rescate y un acuerdo de quita con la banca acreedora.

Este segundo rescate por parte de la zona euro está valorado en unos 130.000 millones de euros. Sin ese acuerdo, Grecia podría entrar en bancarrota en los próximos 10 meses, cuando deberá desembolsar unos 50.000 millones de euros en vencimientos de deuda (de ellos 14.400 el próximo 20 de marzo).

Por otra parte, el Gobierno griego negocia con la banca privada una quita de 100.000 millones de euros de su deuda (que se eleva a unos 360.000 millones) en un acuerdo que las fuentes gubernamentales daban por "prácticamente cerrado". Como se ve, los bancos privados exigen que la quita no llegue al 50% de sus préstamos. Porque el afán de la banca privada es en este caso -y en muchos otros- forrarse a costa del pueblo griego.

Sin embargo, la troika ha bloqueado ambos acuerdos -el de la deuda y el de la quita- bajo la exigencia a los griegos de que se eliminen las pagas extra, se reduzca el salario mínimo (de 751 euros), se rebajen las pensiones y se recorte el presupuesto del sistema sanitario en 1.100 millones de euros y el de Defensa en 400 millones.

Los políticos griegos se niegan a esas medidas: "Nos están pidiendo (algo que provocará) más recesión. Y yo lucho contra ello", ha dicho el líder de Nueva Democracia (ND), Antonis Samarás. Y el presidente de la formación LAOS, Yorgos Karatzaferis, opina que estas medidas ahondarán en la "miseria" provocando una grave reacción contra los gobiernos.

Y es que, según informan algunos medios de comunicación, las medidas de austeridad han provocado que el desempleo se haya doblado (hasta cerca del 20%), que miles de negocios hayan cerrado y que los salarios se hayan visto reducidos una media de un 25%. Porque, al final, los que pagan la mala gestión y el despilfarro de sus gobernantes son los de siempre: el pueblo, que también pagará la avidez especuladora de la banca privada.

De hecho, la patronal y los sindicatos -que han avanzado en sus negociaciones sobre la reducción de los costes laborales no salariales y han pactado una congelación salarial- también rechazan estas medidas de la troika y así se lo hicieron saber al Gobierno en una carta enviada el viernes.

Así pues, Papademos ha dado de plazo, a sus socios de Gobierno, hasta mañana para que decidan si aceptan o no las condiciones de la troika, y mañana volverán a reunirse para dar la respuesta final. Hasta entonces, continuará la incertidumbre.

Mientras tanto, la mayoría de los alemanes creen que el bloque del euro estaría mejor si Grecia lo abandonara, según una encuesta publicada el domingo en el periódico Bild am Sonntag. La encuesta añade que el 80% de los alemanes encuestados se oponía a autorizar el paquete de rescate si Grecia no aplicaba las reformas. Los alemanes tienen razón en que los dirigentes griegos -como los gobernantes españoles- han despilfarrado el dinero público. Pero podrían ser un poco más solidarios con el pueblo griego, ¿no? De hecho, seguro que sus productos los han consumido también los griegos...

Y a todo esto, las bolsas europeas se resentían debido al atasco en las negociaciones con Grecia. Cuando se escriben estas líneas, el Ibex 35 cae un 0,88% y el Eurostoxx 50 un 0,80%.

Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com