• La ola de republicanismo, por contra, se fusiona con la de antisistemas, con el secesionismo vasco y catalán y con cristofobia y posturas liberticidas.
  • Esto es: un panorama muy similar al de l931-36.
  • Y mientras, entre Gamonal y Can Vies, 2-0 en el partido entre ley y fuerza.
  • Felipe González apoyará a Rubalcaba para que el PSOE apuntale a la Zarzuela y deje de ser el partido de las redes sociales. 
  • Por de pronto, la locuaz Soraya Rodríguez ha sido llamada al orden: no todos los debates son legítimos, no todo vale. O por lo menos, inconvenientes.
  • Y en la Casa Real también se quejan de la actitud tibia de Rajoy en defensa de la Monarquía.
  • El Príncipe mantiene el principio de la España unida y diversa. Quizás no baste.
  • Mientras el Rey se abandona a la nostalgia: "Siempre estaré con vosotros".

Dos detalles para enmarcar la situación provocada por la sorprendente e inesperada abdicación real: más de tres millones de euros ha costado la nueva carroza que ha transportado a la reina Isabel II para pronunciar el discurso de inauguración del nuevo curso político británico. Y nadie se ha escandalizado de ello en el Reino Unido, ni se ha pedido un referéndum para decidir entre monarquía y república. Es más, la reacción ha sido de aplauso, por cuanto la carroza se había construido con materiales que forman parte de la historia inglesa: restos de la fragata de Nelson en Trafalgar y cosas así.

El segundo detalle es el esfuerzo sobrehumano al que se vio obligada la Reina Doña Sofía para, en la sede de Naciones Unidas, alabar a su nuera y sucesora como reina consorte, Doña Letizia Ortiz: "Competente y encantadora, y la quiero mucho".

El mayor problema para la rapidísima sucesión de Juan Carlos I a Felipe VI  no sólo está en los anti sino en los pro.

Un monárquico se preguntaba y se respondía: ¿por qué la derecha española pierde siempre los debates Por su tibieza. Se refería a las palabras de Rajoy y de otros prebostes del PP, cuando responden a la oleada de republicanismo manifiesto con la consabida alusión a que quien quiera cambiar el modelo de Estado debe hacerlo por la vía legal. Bueno, es que lo que pretenden los antisistema, al menos en primera instancia: cambiar la ley. Pero, en cualquier caso, nadie ha escuchado de algún miembro del PP una defensa de la monarquía como modelo de Estado. Si acaso una defensa del Rey, pero no de la institución.

Lo que no ocurre con los antisistema que se han fusionado, como los dedos al guante, con el republicanismo comunista de Cayo Lara y con los secesionistas vascos y catalanes -por cierto, ambos se abstendrán y no darán su apoyo a Felipe VI en el Congreso-. Además, la corriente republicana conlleva anticlericalismo y políticas económicas contra la libertad y la propiedad privada. En resumen, un panorama muy similar al de l931-36.   

Por lo demás, Gamonal en Burgos y Can Vies en Barcelona son dos muestras de que la crisis institucional en España se concreta en esto: nadie hace caso de las órdenes de las instituciones, que acaban cediendo ante la violencia. 2-0 para que la fuerza frene a la ley.

Pasando del fondo a la práctica, en Zarzuela están especialmente preocupados por el lío en que se desenvuelve el PSOE. El interregno se pretende cruzar a toda velocidad para evitar que el PSOE post-Rubalcaba se convierta en antimonárquico. Felipe González intenta ayudar a Rubalcaba (en la imagen junto a Rajoy) a que el PSOE no se convierta en el partido de las redes sociales. Por eso, primero la proclamación de Felipe VI, luego el Congreso Extraordinario del partido.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com