Sr. Director: 

Alguna prensa y medio de comunicación, se han hecho eco de la excepcional campaña de la Iglesia Católica en ayuda a las víctimas y damnificados del maremoto de Asia. Los católicos valencianos han aportado hasta este momento unos 500.000 euros, y en España sobrepasan los 8.000.000, superando así las donaciones del Gobierno.

Con Cáritas al frente y otras entidades como Manos Unidas, Entreculturas, Ayuda a la Iglesia Necesitada, Salesianos y otras muchas menos significadas, han hecho posible con su trabajo y esfuerzo esa recaudación -que no está cerrada-. ¿Y saben por qué ha surgido esa masiva respuesta de  los católicos a la llamada de la Iglesia? Pues, sencillamente, por su caridad. Sí "caridad", la tercera de las virtudes teologales, palabra poco usada y relegada, sustituida por otras formas más asépticas, que la Doctrina y moral de la Iglesia siempre nos ha enseñado, acogiéndose al mandato de Jesús de "amar al prójimo como a uno mismo", sin mirar la lejanía, la raza o religión, como en este caso.

Pues bien, a esa Iglesia -que somos todos los católicos-, con comportamientos tan humanitarios, es a la que el Gobierno socialista, en el poder, ataca y menosprecia con sus leyes, programas y actitudes públicas, amén de no permitir que una religión, cuyos frutos están a la vista, se enseñe en las escuelas con la rigurosidad y eficacia que ella se merece.

Vicente Febrer

vfebrer@hotmail.com