El sesgo del BCE es más bien alcista

 

Existe consenso en afirmar que la crisis financiera se ha desatado como consecuencia de una política monetaria excesivamente expansiva. La consecuencia fue un exceso de liquidez barata que no permitió un correcto análisis de los riesgos. Lo que el consenso también acuerda es que el problema de la crisis (la política monetaria expansiva) es también la solución de la misma. Por eso tanto el BCE como la reserva Federal llevan meses con las compuertas abiertas.

El debate se centra ahora en cuál es la mejor política una vez que se ha frenado el incendio. Es decir, ¿qué política monetaria es la adecuada para propiciar la recuperación? La Reserva Federal ya ha advertido que seguirá manteniendo una política expansiva en el corto y medio plazo. Barra libre para todos. En cambio, el BCE, más prudente, apuesta por una política más prudente, con un sesgo más bien alcista que permita ir recuperando una correcta valoración del riesgo. Una política mucho más racional aunque para España suponga la puntilla. Pero Trichet ya advierte: no podemos hacer nuestra política pensando en un sólo país.