La televisión puede ser muy peligrosa si no se tiene madurez suficiente para distinguir lo que es real y lo que es ficción. Recuerden, sino, al niño violador que cometido la acción tras ver un vídeo porno que sus padres le habían pasado por entonces.

Sr. Director:

Parece que la igualdad "embarazos reales = sexo televisivo" es un axioma demostrado.

Según la Rand Corporation (EEUU), los adolescentes que ven programas con contenidos sexuales provoca que ellas se queden embarazadas en doble proporción frente a los que no los ven.

Las escenas de sexo, tan pasionales como irreales del cine, invitan a ponerlas por obra sin ninguna reflexión. Los adultos que permiten su visión o emisión les perjudican gravemente, pues la actividad sexual altera profundamente el mundo interior del joven, sobre todo el de las chicas: su cerebro, sus hormonas, su emotividad y su espiritualidad se ponen en marcha para una posible gestación y refuerzan la unidad corporal-afectiva con "él".

Por eso muchas se sienten "usadas" y frustradas después de un coito. La influencia perniciosa de lo que entra por los ojos quedaba patente en aquel niño violador que se escudaba en haber imitado el vídeo porno que sus "responsables" padres habían pasado recientemente.

Isabel Planas

iplanas2@gmail.com