La propuesta de reforma del Estatuto de autonomía catalán contempla la organización territorial por veguerías, "no virguerías", señaló irónicamente Maragall, quien recuerda que las históricas veguerías no son sino los antiguos representantes del rey. A su juicio, la partición de 1835 en provincias hoy no tiene sentido y apuesta por una organización territorial diferente "que permita afrontar la resolución de los problemas diarios de manera más eficiente".

 

En su modelo habría cuatro veguerías. Por una parte, el Ebro: "Quiero decirle al Ebro: soluciona tus problemas, que son distintos de los metropolitanos". Otra sería la Pirenaica, otra la metropolitana, "que tiene sus propios problemas" y debe de competir con otras metrópolis europeas. Por último, quedaría Cataluña centro, que es lo que resta de Cataluña de las otras tres veguerías. O sea, la veguería "cajón de sastre".