No tienen más que leer el formidable resumen que todos los días realiza José Ángel Gutiérrez sobre los tertulianos de radio y TV, esos aquelarres que configuran la actualidad periodística en nuestro país, para concluir que las cajas de ahorros han sido condenadas en nuestro país: las cajas han de convertirse en bancos, todo debe ser sociedad anónima.

Insistimos: las cajas de ahorros, que nunca han dado un susto al erario público, no han entrado en crisis por ser cajas sino por comportarse como bancos, en concreto como bancos de inversión.

Lo que tienen que hacer es volver a lo que saben hacer, y lo que hay que hacer no es convertirlas en bancos al grito de despolitización, sino que las cajas vuelvan a ser cajas, a ofrecer crédito hipotecario y a la pequeña empresa y a no meterse en actividades propias, no ya de un banco, sino de un banco de inversión, como titulizaciones, capital-riesgo, bonos basura, etc. Lo suyo es el crédito hipotecario, el descuento comercial y los particulares, las familias y las pymes como objetivo prioritario.

Y, al mismo tiempo, recalcar su sentido mutual. ¿Quieren despolitizar las cajas de ahorros? Pues lo que tienen que hacer es darles más poder a los impositores, es decir, a los clientes, es decir a los mutualistas.

Eulogio López

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