Zapatero descarta una reforma laboral que demanda todo el mundo

Zapatero dice que quiere facilitar la fiscalidad del trabajo. Pero cuando se le pregunta sobre la rebaja de medio punto en las cotizaciones a la Seguridad Social a las que el Gobierno se había comprometido en el diálogo social, recula. No está en la agenda. El presidente insiste ahora en garantizar la estabilidad del sistema. O sea, los empresarios, castigados.

Más. Dice Zapatero que quiere reactivar el diálogo social y que convocará a los agentes sociales para la primera quincena de septiembre. Eso sí, con las mismas líneas rojas. O sea, para no hablar de nada. Bueno, para hablar de economía sostenible, que viene a ser lo mismo. La reforma laboral, a su juicio, no es posible. Por varias razones. En primer lugar, porque supone un recorte del derecho de los trabajadores. En segundo, porque supone una transferencia de rentas de los trabajadores a los empresarios. Bueno, él dice lo inverso, pero quiere decir esto. Y en tercer lugar, atentos, porque no existe el contexto, porque los sindicatos no quieren ese cambio.

Así que sí a un acuerdo que permita recortar la temporalidad como hicimos en el 2006. Pero no a abaratar el despido o a desjudicializar los EREs. En cuando al debate salarial, Zapatero afirma que no quiere entrar en una negociación bilateral en la que no es invitado. Pero entra y afirma que las propuestas lanzadaza por los empresarios estas semanas son exageradas. ¿Y los funcionarios? Estoy seguro de que van a ser responsables con la situación del país.