La idea de lanzar la propuesta en la convención fue de Arriola

Rajoy no aclara ni la rebaja de tipos ni el coste de la reforma, pero el PP sigue ‘vendiendo' medidas sociales. ¿Qué pasa con la anterior propuesta fiscal formulada por Rajoy antes del verano? Tras tres rebajas fiscales en 8 años, la presión fiscal sube: 2,6 puntos en la legislatura Zapatero. ¿Para cuándo una graduación del IVA? ¿Para cuándo un recorte en las cotizaciones sociales?

Tarde, mal y con demasiados interrogantes. Este es el resumen de la propuesta fiscal de Rajoy. En primer lugar, tardía, porque se realiza a tres meses de las elecciones, después de haber dedicado toda la legislatura a censurar la negociación con ETA y a la comisión de investigación -y posterior juicio- del 11-M. ¿La culpa? De ese mago que sigue dirigiendo la barca de Génova a pesar de sus permanentes e insistentes fracasos: Pedro Arriola. El error es continuado. Ya en el 2000 y en el 2004 hicieron lo mismo: anunciar reformas fiscales justo antes de las elecciones. No funciona.

Sobre todo si son falsas. ¿Qué significa que 7 millones de españoles no vayan a hacer la declaración? Podrían elevar las retenciones y liberar a más españoles de ese trámite administrativo. Pero eso no es bajar impuestos. El PP lo sabe bien: sus rebajas fiscales fueron compensadas generosamente con la no deflactación de la tarifa. El PSOE lo ha hecho a medias, deflactando la tarifa al 2 por ciento pero sin actualizar las deducciones. El resultado de unos y otros es que en ocho años ha habido tres reformas -que no rebajas- fiscales y la presión fiscal no ha hecho sino aumentar. Durante la legislatura Zapatero la presión fiscal se ha elevado en 2,6 puntos hasta colocarse en el 36,52%.

Rajoy no se ha atrevido a cuantificar el coste de la medida. Fuentes populares hablan de 4.000 millones de euros, aunque podría elevarse todavía más. Y eso es tanto como no decir nada. Por otra parte, D. Mariano anunció antes del verano que su idea era colocar el mínimo en el 12% y el máximo "por debajo del 40%". A eso se sumarían incentivos para fomentar el ahorro, no detallados. Quizás nuevas deducciones, señalaban fuentes del PP. Y más: el PP proponía entonces la eliminación del Impuesto sobre el Patrimonio, cuyo coste llevaba en el bolsillo, pero no ofreció. También querían eliminar el impuesto sobre transacciones societarias para evitar que una Iberdrola -por poner un ejemplo- que quisiera hacerse con Scottish Power, por seguir con el mismo ejemplo, tuviera que pasar por taquilla. Además, eliminación del Impuesto de Actos Jurídicos Documentados. Y por si fuera poco: recorte de 5 puntos en Sociedades pero manteniendo la deducción de I D.

Aquella propuesta tenía un coste de 22.000 millones de euros, según los cálculos de Solbes. ¿Mantendrán esa propuesta? ¿Es compatible? ¿Cuál es el coste total? ¿Se financiara vía mayor actividad y mayor recaudación, recorte de gastos o recorte de superávit? No sabemos nada. Y eso es de una superficialidad impropia de quien aspira a la Moncloa.

Por otra parte, ya es hora de empezar a plantearse si no habría que dejar de hacer demagogia y plantear reformas fiscales en serio. Por ejemplo, habida cuenta de la excelente salud de la Seguridad Social, ¿no es hora de plantear recortes en las cotizaciones sociales, el impuesto del trabajo? Y más: ¿por qué no se plantea la gradualización del IVA como en el IRPF? Es verdad que existen tres tipos además de impuestos especiales, pero seguramente se podría profundizar en el impuesto que de verdad recauda: el del consumo. ¿Por qué nadie se atreve a tocarlo?