Dos mil miembros de la comunidad universitaria solicitan medidas disciplinarias contras los jóvenes profanadores

La irrupción de un grupo de jóvenes universitarios en la capilla de la universidad Complutense sigue trayendo cola, especialmente en un momento en que se van a producir elecciones para el rectorado de la universidad.

La semana pasada, 160 profesores de universidades públicas españolas emitieron un manifiesto en la que pedían la eliminación de "un privilegio a la Iglesia católica", aunque ahora han sido 2.000 miembros de la comunidad universitaria quienes han solicitado que se tomen medidas contra los estudiantes que profanaron la capilla del campus universitario madrileño. Una buena explicación de la situación vivida se puede leer en un artículo de Alfonso Ussía.

Sin embargo, ha sido la postura del todavía rector de la Universidad Complutense, Carlos Berzosa, que ha quitado hierro a la acción -no se sabe si la postura sería la misma en caso de que fuera de signo contrario o se hubiera realizado contra otra organización o institución- y ha manifestado en una nota de prensa que "la neutralidad del Estado en materia religiosa significa que no se puede ni imponer ni perseguir ninguna creencia" y que "la tolerancia y el respeto son absolutamente indispensables" -por lo que seguramente solicita respeto con los jóvenes delincuentes-, la que más ha llamado la atención. Por ahora ha afirmado que las detenciones de algunos de los implicados son una acción desmesurada -pese a que lo realizado está tipificado como delito, pero se ve que unos delitos no son iguales que otros-.

Esta situación se entiende mejor cuando se recuerda que se está en un proceso de elección de rector para el propio centro universitario. Lo que parece claro es que por ahora el debate entre los candidatos se ha dirigido a ese tema -y al hecho que con la marcha del actual rector, la Universidad se enfrenta a una deuda de cerca de 150 millones de euros.

Juan María Piñero

juanmaria@hispanidad.com