Isla Ramos, la directora de Lenovo en España estaba feliz: se presentaba el primer producto Lenovo, un ejemplar de los llamados Tablet PC, o pequeño ordenador portátil convertible en pizarra que reconoce la escritura.

Pero la verdad es que los sindicatos no deberían estarlo tanto. Lenovo es la primera gran muestra de la precarización del empleo por parte de las multinacionales. Lenovo no es más que IBM en China. Dicho de otro modo : la multinacional norteamericana paga en China salarios que ningún norteamericano aceptaría. Es decir, transplanta su producción a China y se aprovecha de la explotación salarial vigente en la llamada gran potencia emergente.

Mientras se producía la presentación en Madrid, en Ginebra y en el marco de la 59ª Asamblea de la Organización Mundial del Trabajo (OIT), intervenía Juan Jiménez Aguilar, secretario general de la patronal española CEOE, para indicarnos lo siguiente: Las deslocalizaciones productivas constituyen un fenómeno que no puede ser abordado con meros escudos normativos. La mejora de la productividad implica, entre otras actuaciones, realizar esfuerzos para promover nuevos equilibrios entre flexibilidad y seguridad, y una adaptación mucho más eficiente de las cualificaciones a las demandas del mercado.

Es decir, que la deslocalización es imparable y no puede hacerse por evitarlo. Lo cual no se sabe si, en boca de Jiménez Aguilar, es una descripción o la expresión de un deseo. Afortunadamente, en el mismo discurso, Aguilar recordó que el trabajo infantil no puede permitirse. Al menos, ahí tuvo un detalle.