No puede pasar desapercibido, como producto efímero de Semana Santa, la noticia de Zenit, que resume el mensaje lanzado por el predicador papal, Raniero Cantalamessa, que tras el evangelio de Judas se refiere ahora al evangelio de Tomás a este paso acabamos con los doce apóstoles y los 500 discípulos primeros- sin olvidar una referencia al evangelista más profundo de todos los que han existido en 2.000 años de historia. Al parecer, ya no se trata de discutir la doctrina de la Iglesia ni negar la existencia a Dios, como hacían los totalitarios y el progresismo del siglo XX. Al parecer, ahora se trata de apuntar directamente al corazón: modificar los evangelios o pone en solfa a Jesucristo. Por supuesto, las críticas de los totalitarismos o del progresismo democrático del siglo XX eran mucho más cultas, menos iletradas, menos vulgares, menos ignorantes.

Cantalamessa también ha dicho algo tremendo : vivimos en la sociedad de la información a los medios les interesa más la novedad que la verdad. Y es cierto, la verdad sólo sirve para una portada, no para una portada diaria. Y lo más grave es que lo que no parece en los medios parece no existir.

Respecto al evangelio de Judas, no se pierdan, tampoco, el estupendo artículo de Tomás Alfaro Drake, nuevo consejero de BBVA, publicado en el blog Con mi Lupa. La ignorancia de Dan Brown triunfa en el mundo.