Estar en la oposición tiene esas gratificaciones. Uno puede urgir al Gobierno a que cumpla la ley. Y eso es lo que ha hecho la ex ministra de Sanidad, Ana Pastor, en el Foro Intereconomía, celebrado en la mañana del martes 25. Lo malo es que Pastor fue ministra hasta antes de ayer y entonces no consiguió hacer cumplir ni con la ley ni con el reglamento que urgían a llevar un registro de gametos crioconservados. Registro que, a fecha de hoy y pasados 15 años, todavía no existe.

¿Dónde esta el obstáculo? En la industria. Pastor reconoce que las clínicas no quieren facilitar esa información. Y por eso vuelve a repetir que la horquilla de embriones congelados se encuentra entre los 40.000 y los 200.000. O sea, que seguimos sin saber nada. ¿Por qué el Gobierno no urgió a los centros para que facilitaran la información? ¿No se alimenta la sospecha de que estos centros están haciendo de todo sin ningún tipo de control gubernamental? Pastor informa que se hizo la ley para mejorar el control y que van a pedir al Gobierno que actúe conforme a lo previsto en la legislación. Nunca es tarde, si la dicha es buena.

Por otra parte, Pastor reiteró el discurso mantenido durante su etapa de gobierno : la ley contempla los principios éticos de la Convención de Oviedo, pero soluciona los problemas creados por la acumulación de miles de embriones. Igualmente, matiza que se trata de utilizar para la investigación a las células, no de embriones, ya que primeramente el embrión moriría. Por eso, según Pastor, tendría el mismo tratamiento ético que un cadáver. La misma interpretación que en su día ofreciera la Conferencia Episcopal: No es lo mismo matar que dejar morir.

Una interpretación que seguimos sin entender. Si alguien muere por una acción humana, ha sido asesinado, por muy pequeño que sea. Si un tráfico muere por nuestra denegación de auxilio, tenemos responsabilidad mora y penal. Pero había que solucionar un problema. Lo malo es que se soluciona creando cadáveres de frigonenes. Y para mayor escarnio, cadáveres absolutamente descontrolados.