E.On mantendría el nombre y la personalidad de Endesa a cambio de no trocear la compañía. Caja Madrid sería uno de los accionistas de referencia de la nueva Endesa. España pierde soberanía energética con la operación. La canciller alemana, Angela Merkel, ofrece la colaboración del amo con el criado.

A pesar de que Merkel siempre ha defendido que la opa de E.On sobre Endesa es estrictamente empresarial, la canciller alemana se ha destapado diciendo que la opa va por buen camino y que para las relaciones entre España y Alemania sería bueno que se rijan por un engranaje de compromisos económicos. Así que la canciller considera que se inicia una cooperación económica que califica de calidad buena.

Eso, después de afirmar que la opa era estrictamente empresarial. Pero ocurre que E.On tiene como objetivo garantizar la suficiencia energética de la locomotora alemana, que es una empresa regulada, protegida con una especie de acción de oro que le impide vender Rhurgas a quien le plazca y que tiene a alto ex políticos en sus tripas. Ocurre además que el Deutsche Bank pretende consolidar la operación con la toma del 5,23% del capital de Endesa. Una operación financiera, afirman. Ja, ja. La banca alemana siempre ha estado detrás del gobierno para garantizar la germanidad de sus compañías. Voilá.

¿Y a qué vienen las declaraciones de Merkel? Vienen a que E.On se encuentra ahora mismo en pleno proceso de negociación. Habida cuenta de los escollos levantados en España, tiene bajo la mesa una nueva oferta de cooperación económica de calidad buena. A saber: la propuesta de los alemanes consiste en no trocear la compañía y a cambio españolizar la resultante. Es decir, tomar el 100% del capital o lo que les dejen tomar y posteriormente ir dando entrada a capital español hasta un 49%.

Además, los alemanes se comprometen a no cepillarse el actual equipo directivo, a mantener la marca e incluso quizás- a mantener a Manuel Pizarro como presidente de la nueva Endesa. Una posición contradictoria con lo manifestado por Wulf Bernotat en el encuentro con la Asociación de Periodistas de Información Económica. Entonces, don Wulf anunció que su plan sería enviar unos cuantos alemanes para controlar el gallinero y cambiar la marca a medio plazo.

Pero a la fuerza ahorcan, y el plan ahora cambia. Doy paso a los españoles en el capital mientras no manden; a cambio mantengo la españolidad de una compañía que no nos olvidemos- se llama Empresa Nacional de Electricidad, resultante de la compra de varias eléctricas regionales como Sevillana y FECSA. A cambio, los alemanes piden que no se trocee Endesa.

Aunque en todo caso, aunque les obliguen a vender activos de generación, Endesa cuenta con el práctico monopolio del mercado libre, ese en el que el resto de los operadores han salido despavoridos por la ausencia de rentabilidad. O sea, que el cliente es suyo, y finalmente será al que pueda facturar con mejores garantías una vez que el petróleo y por tanto el gas- regresen a niveles de cotización razonables. Entonces la nueva Endesa de E.On ordeñará la vaca en solitario, aprovechándose de la fuerza del efecto inercia. Mientras tanto, toca aguantar, incluso aunque haya pérdidas.

Eso sí, las grandes compras mayoristas de aprovisionamiento se harán desde Alemania. España perderá de esta manera soberanía energética. Por eso la propuesta de colaboración de Merkel parece más una propuesta de colaboración entre amo y siervo. Por su parte, E.On entrará por la puerta grande en el negocio hispanoamericano, una tierra de promisión que puede mejorar sustancialmente los números de la compañía alemana.

¿Quién formará parte del capital de esa nueva Endesa? Desde luego Cajamadrid, que reforzará su posición en la nueva compañía, aunque siempre en posición de segundón frente a un alemán que controla. Y quizás se termine sumando Gas Natural si finalmente tiran la toalla de la batalla por Endesa por presiones del gobierno. En el fondo, se trata de una propuesta muy similar a la desarrollada por Wolkswagen con la SEAT de Barcelona. Controlo, dirijo, repatrío beneficios o pérdidas a modo de crédito fiscal, pero no cambio la marca

¿Y después? Después esperar que pase la tormenta y recuperar el plan A, porque al fin y al cabo, los alemanes vienen para quedarse con la totalidad, controlar, dirigir y ganar dinero. Cuando se cansen de la españolidad de la compañía, la germanizarán. Lo mismo que ocurrirá con CEPSA en relación a Total. El tejido industrial español comienza a extranjerizarse preocupantemente mientras que el gobierno vende las excelencias del aperturismo librecambista.