En pocas ocasiones el autor de la novela en la que está basada una película sobresale por encima del nombre del director de la película y aparece continuamente en los titulares. Sólo ocurre en excepciones como la presente: hablamos de un relato escrito por Stephen King, el número 1 en ventas si nos referimos a libros fantásticos y de terror.

   Pues bien, La niebla, de Stephen King, ha sido dirigida por Frank Darabont un gran director experto en trasladar a la pantalla  grande las novelas del primero. De esta colaboración han surgido títulos cinematográficos  tan relevantes como Cadena Perpetua o La Milla Verde y con argumentos tan originales como éste.

   Tras una violenta tormenta un padre de familia y su hijo, junto con un vecino, se acercan hasta un supermercado para hacer acopio de todo tipo de productos. Cuando entran en la gran superficie tanto ellos como otros compradores del lugar son sorprendidos por una intensa niebla que rodea todo: una niebla que, en su interior, esconde algo siniestro Sin poder salir al exterior esta situación claustrofóbica donde domina el miedo provocará todo tipo de enfrentamientos entre los encerrados

    La niebla es una película irregular en su desarrollo pero meritoria porque aborda, aunque sea de pasada, asuntos interesantes. Empecemos por el principio. Su irregularidad obedece a que mete en el mismo saco suspense psicológico con  un exceso de casquería. Afortunadamente esa evidente exhibición de cuerpos tumefactos (o lo que queda de ellos) va acompañada de cierta reflexión sobre los peligros que conlleva el cientificismo, el militarismo o la expansión de los fanatismos religiosos en un mundo sin creencias firmes. Igualmente también se agradece en La niebla que existan pocas situaciones previsibles además de  un final tan inesperado como brillante.

   Para entendernos rápido, no se encuentran ante la mejor película de Darabont ni ante uno de los mejores relatos de King pero, si le gustan las historias de terror, este largometraje  puede resultarles curioso a pesar de que recuerda en algunos momentos a Parque Jurásico

Para: Los admiradores de Stephen King.