Esta es la tónica, como es que las cámaras de televisión que retransmiten un acto de los Reyes o de los Príncipes tengan prohibido enfocar a los Reyes en el momento de la comunión, no vaya a saberse si comulgan o no. No quedaría laico.

Pero Felipe VI va más allá: orden de alejamiento para todo tipo de clérigos y de católicos en general. En su Coronación tendrá lugar un desfile militar, pero nada más. Militares poco, curas nada. A su padre no parecía importarle ser llamado el monarca católico. Al hijo, al parecer, le importa muchísimo. Su última concesión fue casarse por la Iglesia -no por lo civil, ni tan siquiera por lo militar- en la Catedral de La Almudena.

La nota de color del interregno entre Juan Carlos I y Felipe VI la pone la tía de doña Letizia, sección asturiana, Henar Ortiz, quien siempre se ha considerado "laica, roja y republicana". Es la misma que aseguraba dos cosas: que ni doña Letizia estaba preparada para reinar y que, además, no iba a reinar en ningún caso. Esta señora debería ser invitada a alguna tertulia de televisión. Daría mucho juego al espectáculo nacional.

Volviendo a la actualidad, la coronación de Felipe VI, o proclamación como Rey, o como quieran ustedes llamarlo, contará con un desfile militar pero con ningún tipo de acto religioso. Vamos, que al obispo, supongo que al presidente de la Conferencia Episcopal Española, monseñor Luis Blázquez, no le va a dejar ni bendecirlos.

Y esto no ocurre porque la Casa Real haya decidido contentar a los laicos rojos y republicanos (LRR), como la tía Henar. No, el cambio de Juan Carlos I a Felipe VI viene marcado por esto: el primero acompañó su coronación con la famosa Eucaristía en los Jerónimos, con monseñor Enrique Tarancón como oficiante, mientras que Fernando VI no quiere ni que le fotografíen con un cura.

Y la cosa viene de lejos. Ejemplo, inauguración del centro de Investigación CIMA, dependiente de la Universidad de Navarra, un 17 de mayo de 2011. Los Príncipes de Asturias, don Felipe y doña Letizia, aceptan inaugurar el centro pero con una condición: exigen que no haya ningún cura bendiciendo las instalaciones, que no queda bien a un príncipe tan laico como el heredero al trono. La Universidad cede y le dice a monseñor Fernando Sebastián, entonces obispo de Pamplona, hoy cardenal, que se vaya a bendecir las instalaciones unas horas antes. Cuando su lamentable pestilencia -por cierto, hoy es eminencia, tras su nombramiento como cardenal- se hubo marchado, los príncipes inauguraron la muy laica institución.

Ya he dicho que Felipe VI es un eco-panteísta. Por cierto, durante la entrega de unos premios medioambientales para empresarios (Ministerio de Medio Ambiente) en la mañana de este jueves 5, volvió a hablar como a él le gusta hablar, en verde: "Sin la ecología la economía limita su futuro". No ha sido muy oportuno: el Gobierno afronta, a lo mejor este mismo viernes, el decreto sobre energías renovables. Y menudo follón hay montado.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com