La Asociación de la Prensa de Madrid (APM) se ha cabreado con las que han llamado machista a su presidente, Fernando González Urbaneja, a cuenta de las críticas del presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) a la Asociación mundialista Iker Casillas-Sara Carbonero.

Se refiere, principalmente, a la icónica Ana Rosa Quintana y a la comentarista Isabel Durán.

La verdad es que ser mujer pública es un chollo en la España de hoy. He dicho pública, no con el significado que usted ha malpensado, sino en el sentido de mujer con proyección pública, por su actividad profesional, sea política, económica o informativa. Bueno, en algunas ocasiones, ser una mujer pública en el mal sentido también es un chollo, pero sólo cuando se ha conseguido unir la impudicia a la respetabilidad, condiciones antaño antagónicas y hoy no tanto.  

Digo que ser mujer con proyección pública es un chollo porque, si mete la pata o demuestra negligencia siempre pueden acallar las críticas movidas por el machismo  más cavernícola. De lo que se deduce que las mujeres dedicadas la política, a la economía, al espectáculo o al periodismo no se equivocan jamás.

A ver muchachos: Urbaneja ha dicho justo lo que todos hemos pensado. Tele 5 utiliza el noviazgo entre Iker Casillas y Sara Carbonero, noviazgo que ellos mismos exhiben de la misma forma que nuestro internacional ha exhibido otros desde que dejó de ser un tipo sencillo para convertirse en un famoso. Si el rey Midas convertía en oro todo lo que tocaba, la televisión convierte en estúpido todo lo que enfoca. No debe decirse todo lo que es cierto. Por ejemplo, no es sinceridad, sino salvajada, decirle a un niño que su padre es un borracho, pero la veracidad del asunto siempre tiende a considerase un eximente.  

Y la mujer pública no sólo cuenta con la ventaja de la inhabilidad incriticable sino con el apoyo entusiasta de todas las que se apuntan al aquelarre. Ana Rosa confiesa sentirse indignada por las palabras de Urbaneja y la conservadora Isabel Durán le exige que pida disculpas.

Hombre, uno ha tenido sus agarradas con Urbaneja, también en materia de libertad en el periodismo económico, pero este aquelarre feminista (obsérvese que feminista es un elogio mientra machista es un insulto), me parece mal por tres razones:

1. Es injusto por exagerado y artificioso.

2. Es mentiroso porque el numerito Casillas-Carbonero, mediáticamente aprovechado, es una verdad como un templo.

3. Responde a un mecanismo, el de la infalibilidad incriticable, de lo más perversa, porque cretiniza a la mujer, haciéndole creer que es un ser angelical y omnisciente.

En el momento presente, una de las lacras más graves que sufre la humanidad consiste en que la mujer se ha vuelto soberbia, lacra novedosa en los anales. El ensoberbecimiento femenino, hijo del feminismo, es una tragedia que aún no ha llegado a su final lógico. Por tanto, el tercer punto me parece especialmente grave.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com