Sr. Director:

La respuesta a esta pregunta, que yo me he hecho muchas veces, la encontré hace relativamente poco en el Capítulo 7 del Evangelio de San Juan:" El mundo no puede aborreceros a vosotros, pero a Mí me aborrece porque Yo doy testimonio contra él de que sus obras son malas". La Luz de Cristo deja al descubierto nuestras miserias y eso muchos no lo pueden soportar: Un crucifijo que no se vea interpelará menos a las conciencias (obviamente) que un crucifijo que sí se vea. Así de simple.

Mariana Fdez. de Prada