660 detenidos en Gran Bretaña por pederastia... o por facilitar la pederastia... o por ponerse de perfil. Oiga, y no son curas.

Son políticos, funcionarios y demás. Una casa de acogida en México que ha resultado un secuestro y explotación de niños disfrazada de filantropía.  

Niños centroamericanos que entran ilegalmente en Estados Unidos, procedentes de zonas donde impera el narcotráfico y, con los narcos, la criminalidad de corte mafioso.

Y el peor ataque contra los niños en todo el mundo: el aborto o matarlos antes de nacer.

No es que un viento de locura recorra el mundo. La locura no es maldad aunque el malvado acabe loco 9 de cada 10 veces. Lo que recorre el mundo es una cristofobia que siempre, como todo lo diabólico, se ceba en el más débil, en el más indefenso: el niño.

Una ola de pederastia que, además, coincide con el auge de la sodomía. No es casualidad que la pedofilia corra pareja al homosexualismo. ¿O es que hemos olvidado que la mayor parte de la pedofilia es homosexual En Occidente, con dinero público, el lobby gay se empeña en convertir en homosexuales a los niños a través de un lavado de cerebro en las escuelas, a espaldas de los padres.

Pero el origen de todo, por si alguien lo dudaba, es la cristofobia. Y ese ensañamiento con el más débil se deja ver en un país como España, donde el niño ha sido históricamente sagrado, intocable. Ojalá vuela a ser sagrado.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com