El diario Expansión le presenta como una autoridad moral en biología del desarrollo, así que cualquiera se atreve a contradecirlo. Hablo de una entrevista con Ginés Morata, que nos anticipa grandes descubrimientos. Pregunta el periodista si los científicos están jugando a ser como dioses, quizás porque en la misma página del diario se nos anuncia que un grupo de diputados británicos van a solicitar la implantación de embriones humanos en animales, bonito juego de azar por el que podrán fabricarse, quién sabe, miriadas de progresistas para el siglo XXI.

Pero volvamos a Ginés, quien, emparentado con doña Modestia, no duda en responder: Si ser Dios se identifica con hacer cosas importantes, estoy de acuerdo. Y si por ser Dios entendemos que podemos modificar la especie humana, sí podría ser así, ya que tenemos un ADN clonado y secuenciado.

No, Ginesillo, que diría el gran Cervantes, yo te explico : ser Dios no es hacer cosas importantes, ni transformar la  especie humana. Lo primero es función de quien quiera creerlo, y lo segundo, lo de transformar al género humano, es tarea de Polanco, que no es científico ni lo pretende. No, el papel de Dios consiste en crear, no transformar. Transformar es relativamente sencillo, y es tarea del hombre, incluido el subsector científico, producir a partir de lo creado. Por el contrario, el creador hace lo que nadie puede hacer, ni tan siquiera con genoma clonado y secuenciad saltar de la nada al ser. Repito : de la nada al ser, no de una cosa pequeña a otra grande, por muy importante que esto sea. Poseyendo ya hombres, es decir, material genético con los que experimentar, se tiene mucho ganado. Pero así no vale, así no eres Dios. Eres sólo un hombre con pocas ideas, pero confusas y muy arraigadas.

Pero ya puestos a hacer cosas tan importantes como Dios, Ginesillo advierte que manipular la inteligencia me parecería bueno si con ello conseguimos que las personas poseamos mejores sentimientos y si anulamos los genes que nos llevan a acciones violentas. ¿Lo cogen, no? Una autoridad mundial en biología nos cuenta que anulando un gen consigue convertir a Rubalcaba en la Madre Teresa. Es lo mismo que le ocurría a mi abuela cuando le sacaban la muela que le mortificaba: sin anular genoma alguno, se ponía de mejor talante y dejaba de lanzar ternos y de tirarnos pescozones.

Así, en principio, y aún considerando, eso siempre, que estamos hablando con un prestigioso científico (PC), amén de autoridad mundial en biología, uno pensaría que la locura se iba a quedar ahí, pero no señor, las autoridades mundiales no dejan de profundizar en las relaciones entre psicología y fisiología, entre materia y espíritu, entre cuerpo y alma. Palabra que no exagero. Ojo al dato : tras advertirnos que el ser humano puede vivir 600 años, nos habla del gen de la longevidad, que, según Ginés, depende de muchos factores; y tras advertirnos que se trata de un razonamiento complejo (es decir, que debemos creerlo sin rechistar, como argumento de autoridad, proveniente, nada menos, que de una autoridad mundial), nos aclara que la longevidad tiene que ver con un gen, llamado Fox (no, no es patente de Rupert Murdoch), y resulta que el fox se puede manipular de diferentes formas, por ejemplo, restringiendo la ingesta de alimentos. O sea, lo mismo que el burro de Pola de Lena, que cuando se había acostumbrado a no comer, se murió.

Pero lo del alma genética o neuronal de las autoridades mundiales en biología (AMB) es muy científico, muy empírico, por muy improbable: en efecto, toda aquella señora que se pone a régimen, se pone, al mismo tiempo, de muy mala uva, y ni tan siquiera la esperanza de vivir muchos años aparta de su mente las antigenenómicas visiones de jugosos chuletones.

No, Ginés Morata y demás compañeros PC o MAB no juegan a ser dioses, sino a ser demonios (personajes sin genoma alguno, por cierto), incapaces, en toda su brillantez, de concebir la realidad no molecular, y lo suficientemente engreídos como para pensar que pueden modificar al ser humano como les venga en gana. No se dan cuenta de que al ser humano es más fácil matarlo que modificarlo. No crearán gente pacífica sino monstruos. Los PC y los AMB son liberticidas que deberían ser perseguidos por crímenes contra la humanidad. No exagero : La ciencia ha proclamado la nada y los científicos, al menos los más jaleados, los PC y MAB, se han convertido en los nuevos tiranos, peligrosos liberticidas, ante los cuales palidecen los Stalin, los Hitler o los Mao. Lo malo es que resultan políticamente correctos, y por eso los medios informativos más respetables les llevan a sus páginas y les tratan con unción. Por eso, son los más peligrosos. 

Y es que, a fin de cuentas, el camino que lleva de la erudición a la necedad es la pedantería. Porque, créanme, el hombre es un ser libre y la libertad no tiene genoma. Es una de esas realidades espirituales que Ginés Morata, de profesión AMB, no puede medir ni pesar. Pero eso, supongo, no puede concebirlo. Y este es, precisamente, el gran problema de muchos científicos actuales: que sólo pueden concebir aquello que pueden imaginar.

Eulogio López