Sr. Director:

ETA, que es bueno recordarlo no ha desaparecido, ha hecho un perverso uso propagandístico del caso con la huelga de hambre de más de dos centenares de presos: si el Gobierno no accedía se le acusaba de encarnizamiento y si liberaba al preso la banda se adjudicaba el éxito.

Por ello es necesario que la liberación de Uribetxeberría no ponga punto y final a esta historia. Es importante mostrar que el mundo etarra hace bandera de un asesino de particular crueldad, que una vez detenido, quiso dejar morir de hambre a Ortega Lara, antes que facilitar su localización. Pienso que el arrepentimiento, la voluntad de reparación y la colaboración con la Justicia deben ser la llave para cualquier beneficio personal. De lo contrario, el núcleo duro de la banda mantendrá el control sobre los presos.

Suso do Madrid