Ayer se conoció la noticia. ‘Un tal Montoya', -como decía Herrera en Onda Cero-, ha publicado un libro con fotografías ofensivas para los católicos con la subvención de la Junta de Extremadura. En Onda Cero ha sido objeto de atención en la primera parte de la tertulia. Carlos Herrera lo definía así: "un escándalo". "Una barbaridad palurda además, que no es que moleste al creyente, es que molesta a cualquier persona sensata. No hay nada como la provocación para ocultar el escaso talento. El ‘montoyita' este ya tiene garantizados sus 5 minutos de gloria durante un tiempo". Además, Herrera daba en el clavo: "Es que esto está pagado con dinero público y prologado por el consejero de Cultura de la Junta de Extremadura", y destacaba que "en nombre del laicismo se diga que esto es arte y que no importa. Estos son los mismos pavos que censuraban las caricaturas de Mahoma, estos tíos, así que Montoya, échale cojones, cuándo vas a hacer un libro de fotos con el Islam. Con esto mismo: venga hombre, el arte es el arte y además, que lo prorrogue el consejero y la junta de Extremadura".

Los demás tertulianos también lo comentaban: Enric Juliana se preguntaba "qué control hay en Extremadura del dinero público, en una comunidad fuertemente subvencionada". De las declaraciones del fotógrafo, deduzco que en este país bastante pintoresco, pillar un millón de pesetas resulta fácil. Pero para mucha gente que trabaja cada día no resulta tan fácil. Extremadura es una región fuertemente subvencionada. Debe existir un control más riguroso de a lo que se destina el dinero publico y en esas regiones más subvencionadas esa puridad debería ser mayor".

José Mari Calleja destacaba que el ‘tal Montoya' tiene "derecho a hacer lo que quiera y la gente a censurarlo. El problema es cuando hay una institución pública que ayuda y sufraga parte del asunto y un consejero de cultura que se decide a prologarlo".  

Carlos Rodríguez Brown opinaba que la noticia "tiene una doble dimensión: la dimensión ridícula, cretina y manipulada, el mal uso de los bienes públicos; y otra, más profunda: esta cosa de atacar a la religión católica creo que tiene que ver también con el ataque a la libertad".     

Casimiro García Abadillo era de la misma opinión: "este señor Montoya tiene todo el derecho del mundo a hacer lo que quiera y yo defiendo la libertad de creación. Y los católicos tienen todavía más derecho a enfadarse con las cosas que hace este señor. Lo grave es la subvención, ese millón de pesetas y el aval institucional que supone el prologar ese libro, el compartir la filosofía que rezuma ese libro. Estamos ante una administración que está defendiendo un purismo casi religioso en el lenguaje publicitario y ese mismo gobierno en otras administraciones avala con su firma y su dinero una cosa tan bárbara como hemos visto. Y Extremadura recibe dinero público de otras regiones españolas pero, ¿qué hace su administración con ese dinero público que viene de la solidaridad de todos los españoles? En algún momento habrá que revisar el sistema de financiación de las regiones españolas".