Sr. Director:
Dice mucho que el portavoz, el bocazas, del desgobierno andaluz quiera ponerle un bozal al Sr. Obispo de Córdoba por el "ataque frontal" contra la ideología de género que, en su opinión, habría realizado este prelado en una carta difundida poco antes.

Las libertades y derechos fundamentales que proclama la Constitución -y que son anteriores a ella- parece que le son ajenos. Ignora el contenido del artículo 20. Y eso que es periodista, siendo así que muchos de ellos se amparan en ese artículo para justificar ofensas e insultos a las personas, ya sean políticos, empresarios o miembros de la Jerarquía Católica. Luego dirá que es un "demócrata" de toda la vida. Según su teoría y la de los laicistas como él, los obispos no tienen derecho a la libertad de expresión. El famoso nuevo "talante".

Yo suscribo punto por punto lo dicho por D. Demetrio. Tiene perfecto derecho a expresar su opinión. Y está en lo cierto. Desde julio de 2005, y a través de una serie de leyes aberrantes, se ha cambiado el modelo de familia y sociedad, sin tocar la Constitución, aunque vulnerándola. Las consecuencias se verán en un futuro muy próximo. Mejor dicho, ya se están viendo.

Uno es su propio dios y, por tanto, elige el sexo que quiere. Nada le viene predeterminado, de modo que si ha habido un "error" en la asignación inicial del sexo (¿por parte de quién), pues se rectifica y no pasa nada. No hace falta cirugía, de modo que yo mañana puedo ir al Registro Civil y decir que quiero ser mujer y llamarme en adelante Mª Ángeles. Seguiré teniendo apariencia de hombre, pero legalmente sería una mujer...

Es uno de los "nuevos" derechos, emanados de la personalidad y de la dignidad humana -según el legislador, es decir, ZP-, al igual que el divorcio, el aborto, a tener hijos "como sea" -FIV, vientre de alquiler-. Yo soy amo y señor de mí mismo, y hago lo que quiero. Autonomía total, como Arturo Mas y una minoría catalana que quiere la independencia. No hay normas objetivas inmutables. Han de ser interpretadas de manera dinámica, evolutiva, como lo demanda la sociedad. Naturalmente, tales políticos son los intérpretes de qué es lo que demanda la sociedad. Lo acaba de hacer Pascual Sala y los que votaron la constitucionalidad del matrimonio entre personas del mismo sexo, en una sentencia meta jurídica.

En caso de conflicto intersubjetivo de derechos o intereses -con los hijos menores en caso de divorcio de los progenitores; en casos de adopción, etc.-, prevalecen los de los más fuertes, frente a los de los más indefensos -menores, ancianos, discapacitados-. Lo que importa es la calidad de vida, el Estado del Bienestar, no el del Bien ser. Si el niño viene mal, se le mata en el seno materno. Y pobre del médico que no ponga todo de su parte para que el niño venga bien, y no avise a tiempo a la "madre". Comete negligencia indemnizable. 318.000 euros ha tenido que pagar esta semana el Servicio Murciano de Salud a una pareja, porque el "producto" ha venido defectuoso...

Leyes pues inicuas, injustas, aberrantes, que hay que desobedecer. Cuando esos niños menores, hoy, alcancen su mayoría de edad, podrán demandar al Estado por los daños psíquicos causados, por no haberse respetado su dignidad humana y habérseles tratado como cobayas, experimentándose con ellos.

El propio Elton John, que tiene un hijo nacido de un vientre de alquiler, llamado Zachary, ha declarado que "pobre Zachary, cuando le cuente cómo vino al mundo". En vez de comprarse un animal doméstico, se "compra" un niño, una persona a la que se le priva de su derecho a la identidad -a tener un padre y una madre-, y de su derecho al desarrollo armónico de su personalidad. Se le cosifica, se le hace objeto, y no sujeto de derecho.

Lo que importa son los votos. Termina su gestión Zapatero, deja el país en quiebra, pero no pasa nada. Nadie le exige responsabilidades. De lo que más orgulloso está -según ha manifestado en reiteradas ocasiones-, es de la ley del "matrimonio" homosexual. Sin comentarios...

Y que conste que un servidor no es homófobo -aunque sea el primer español que ha sido condenado por ello-. Simplemente estoy totalmente de acuerdo con lo que dicen la Constitución y todos los Tratados y Convenios internacionales en la materia: en caso de conflicto, prevalece el interés del menor.

Los derechos de dos personas, mayores de edad -del mismo o de distinto sexo-, terminan en donde empiezan los de un menor. Si una pareja heterosexual maltrata física o psíquicamente a su hijo menor de edad, se le suspenden sus derechos y se les priva de la patria potestad. El divorcio de los padres, la adopción por homosexuales, perjudica seriamente la salud psíquica del menor. Me consta personalmente, ya que por mi despacho judicial han pasado en veintitrés años multitud de niños, destrozados anímicamente, manipulados por uno o por los dos progenitores.

Estamos tirando piedras contra el propio tejado. Y la naturaleza siempre pasa factura.

Fernando Ferrín Calamita