La TV pública española ha guardado un sorprendente respeto hacia la figura de Juan Pablo II. Rubalcaba y Barroso están convencidos de que el anticlericalismo vende, pero han solicitado una tregua hasta el entierro del Papa. El portavoz de la derecha política, el radiofonista Jiménez Losantos, utiliza unas palabra le Papa de hace 20 años para defender su estilo periodístico. El mundo informativo se ha visto sorprendido por la conmoción creada por el fallecimiento de Wojtyla entre creyentes y no creyentes.

A primeras horas de la mañana del martes 5 de abril, el locutor estrella de la COPE, la cadena de emisoras propiedad de los obispos españoles, Federico Jiménez Losantos, recuperaba una alocución de Juan Pablo II de hace veinte años. Se trataba de una audiencia, la que se celebra los miércoles en el Vaticano, en la que el Pontífice saluda a la delegación de la COPE (en concreto a la locutora Encarna Sánchez, ya fallecida) y les pide que continúe su tarea de evangelización a través de los medios informativos, los famosos nuevos areópagos a los que gustaba aludir Karol Wojtyla.

Sin embargo, para Jiménez Losantos esta es la prueba de que Juan Pablo II apoya (más bien, apoyaba hace 20 años) el modelo COPE, y pasando de lo general a lo particular, el modelo Federico Jiménez Losantos, quien siempre se ha declarado como agnóstico. Por eso no tuvo ningún reparo en recalcar que la COPE, que él capitanea, era el modelo de medio informativo que desea la Iglesia y que deseaba Juan Pablo II, aunque esto es posible en España no en otros sitios.

Ya lanzado, Losantos aclaró que la COPE representa que la Iglesia tenga una emisora donde pueda hablar pero al mismo tiempo sea una radio competitiva. Como afirmaba un oyente: ¡Que suerte tienen los obispos españoles de haber encontrado a Federico Jiménez Losantos!.

La verdad es son muchos los sectores de la Iglesia y los católicos que consideran que Losantos ha secuestrado la emisora de la COPE, y no son pocos los que se escandalizan de la identificación que muchos oyentes hacen entre el conservadurismo radical de Losantos y la doctrina eclesial. El nuevo presidente de la Conferencia Episcopal Española, monseñor Ricardo Blázquez, terminó su primera entrevista con Jiménez Losantos, del siguiente mod Y ya sabe, la verdad, con afabilidad.

Otra critica habitual al director del programa de las mañanas en la emisora de la Iglesia son sus ataques a obispos, especialmente vascos y catalanes, el haber convertido al director de El Mundo, Pedro José Ramírez, en la estrella de la COPE, mientras El Mundo no deja de masacrar a la Iglesia, y la de utilizar la COPE para su propio medro personal, especialmente para publicitar su diario digital.

En definitiva, la derecha española, ahora en la oposición trata de instrumentar la muerte de Juan Pablo II en su favor, con una estrategia que lleve a identificar al los intereses de la Iglesia con el Partido Popular. No en vano, tras una duda inicial, el presidente del PP, Mariano Rajoy decidió acudir al funeral por Juan Pablo II que se celebrará el próximo viernes en Roma.

Por su parte, el Gobierno Zapatero ha empleado otra estrategia: la del máximo respeto a la figura de Juan Pablo II. La conmoción mundial por la muerte de Juan Pablo II Magno ha sido de tal calibre que el secretario de Estado monclovita, Miguel Barroso, así como el portavoz parlamentario, Alfredo Pérez Rubalcaba, que marcaba la estrategia de imagen del PSOE, están convencidos de que los medios públicos, especialmente Televisión Española, debe tratar con el máximo respeto y consideración al pontífice fallecido. Y es que la conmoción por la muerte de Juan Pablo II ah sido de tal calibre y de tal alcance, planetario, que Barroso y Rubalcaba han cambiado de estrategia, al menos mientras siga abierta al capilla ardiente pro el papa fallecido. Hasta ahora, el Estado Mayor del PSOE consideraba que el anticlericalismo vende en España (y que seguirá viviendo cuando se apague la emoción suscitada por el fallecimiento del Papa) pero que ahora sería una locura electoral manifestar burlas de cualquier tipo hacia un personaje tan querido por la mayoría de los creyentes y por muchos no creyentes.

Y así ha sido. Televisión Española ha dedicado muchas horas de emisión al pontífice, e incluso se ha tratado reducir los bloques publicitarios en los espacios dedicados a su figura. Incluso no se ha prestado una especial atención, menos que Tele 5 y a-3 TV, a las lucubraciones sobre el nuevo Papa. Fuentes socialistas afirmaron que fue un error de Lorenzo Milá el convocar al teólogo Juan José Tamayo, cuyas obras han sido condenadas por la Iglesia y para el que el socialista Gregorio Peces-Barba creó un departamento en la Universidad pública Carlos III, que dirige con mano de hierro.

Por su parte, Zapatero rectificó su idea inicial de que fuera la vicepresidenta primera del Gobierno, Teresa Fernández de la Vega, quien presidiera la delegación oficial española en las exequias del Pontífice. Lo hará él.

Puede que todo cambie a la vuelta de unos días, pero, por de pronto, la muerte de Juan Pablo II está siendo estudiada por comunicólogos y políticos de todos los pelajes. Ha sido un hecho de importancia religiosa, pero también política e informativa. Especialmente ese último sector, el informativo, se ha visto sorprendido por la conmoción provocada por la muerte del pontífice, tanto entre creyentes como entre no creyentes. No se lo esperaban.