No obstante, la subyacente es ligeramente positiva

 

Febrero cerró con una inflación negativa de dos décimas. La razón hay que buscarla en las rebajas de enero, pero también en la estabilidad del precio del transporte a pesar del alza del crudo y en los recortes en ocio (bares y restaurantes) y cultura. Los alimentos también bajaron. El pollo ya no es inflacionista.
Así las cosas, el Gobierno siente que estamos ante la mejor coyuntura para poder afrontar la subida del IVA. Habrá inflación, sí, pero no se acumulará a la ya existente. El nivel de precios está muy contenido debido al derrumbe del consumo. Es verdad que la subyacente se encuentra en el 0,1, pero sigue siendo un nivel muy bajo.
Por otra parte, la estabilidad de los precios, le permite al Gobierno afirmar que no habrá deflación, que el fantasma ha sido definitivamente conjurado. Desde el PP se insiste en la rebelión contra el IVA, el punto de fricción más importante que distancia al Gobierno y a la oposición. Lástima, porque el problema fundamental es la austeridad. Y desde el BCE ya nos empiezan a tirar de las orejas: no hay gestos en la línea del regreso a la estabilidad presupuestaria. Lo ha dicho el propio ZP: sólo cuando se confirme la recuperación. ¡Apañados!
Andrés Velázquez
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