La economía española marcha viento en popa, o al menos eso dice el Gobierno. Y la verdad es que en materia de déficit fiscal, Solbes ha superado las cotas de Rato. En cuanto a creación de empleo, puede decirse lo mismo : España se parece cada vez más a Europa en materia de desempleo. Por ejemplo, con Francia y Alemania, los dos gigantes, ya no se pueden establecer muchas diferencias. Más bien ninguna.

Ahora bien, dejando a un lado el bonancible clima y la estupenda gastronomía nativos, ¿la calidad de vida española es similar a la europea? Evidentemente no. En España se trabajan muchas horas lo cual no significa trabajar bien ni producir mucho- y se cobra poco.

A las pruebas me remito. Con 24 horas de diferencia el Instituto Nacional de Estadística (INE) nos informa de que la inflación se nos ha situado en el 4%, probablemente para celebrar el entreacto de la legislatura socialita. Una inflación que amenaza con duplicar la media europea, que sin resultar un problema de Estado perjudica la competitividad y también conocida en la mañana del miércoles- ahonda en la crisis de la balanza de pagos que ni el turismo logra compensar.

Ahora bien, lo más grave es que la Encuesta Trimestral sobre Costes Laborales, en las que se concluye que el coste laboral para las empresas españoles creció un 2,6% durante el cuarto trimestre de 2005, mientras el coste salarial lo hacía en un 2,5% (respecto al mismo periodo de 2004, naturalmente). Diez años atrás todos los liberales, tanto del PP como del PSOE, bramaban contra nuestros salarios que crecían por encima de la inflación, y nos emplazaban para el caos futuro, más bien próximo. Hoy sucede justamente lo contrario, pero esos mismos liberales de uno u otro signo continúan clamando por la necesaria moderación salarial. Ninguno de ellos, por cierto, recuerda que los beneficios de las empresas cotizadas superan el 20% y que la recaudación por impuestos de sociedades aumenta ritmos anuales de dos dígitos. Y pasando de lo cuantitativo a lo cualitativo, podemos recordar que, según el último informe del Servicios de Estudios de La Caixa, España cerró 2005 con un récord absoluto en materia de temporalidad en el empleo : el 33,8% de los contratos laborales son eso : temporales.

Como guinda de la tarta, los salarios bajos se concilian con vivienda cara y con ausencia del mercado de alquiler o, dicho de otro modo, si la vivienda en propiedad es cara, el mercado al alquiler aún lo es más.

Este es el modelo económico español: salarios bajos y vivienda cara. Es decir, un modelo económico ferozmente antifamiliar porque, a ver quién es el guapo que quiere formar una familia y tener hijos, cuando no tiene empleo seguro, necesita dos sueldos como mínimo para financiar su hogar y no encuentra una vivienda apta para trabajadores por cuenta ajena.

Al final, se demuestra que sólo la vivienda pública aunque genere déficit- y el contrato único -el mismo que promueve Nicolás Sarkozy, que no Dominique Villepin- en Francia, puede romper con este modelo tan agresivo, especialmente, con los jóvenes.

Y si elevamos la mirada hacia la Unión Europea, podríamos preguntarnos: ¿Qué más da tener una moneda única cuando no hay una fiscalidad única ni una escala salarial tan siquiera aproximada?

Eulogio López