La imagen que algunos corresponsales de diarios extranjeros en Madrid dan de la realidad en España no sólo es falsa sino bastante insultante. Por ejemplo, fijémonos en la corresponsal de Handelsblatt, el gran diario económico germano. Stefanie Müller titula: El trabajo clandestino proporciona beneficios record a los empresarios. Desde luego, nada mejor que luchar por cualquier medio contra la explotación del inmigrante o del nativo, pero definir sin acogerse a fuente alguna, a ningún servicio de Estudios, que el 22% del PIB español pasa de largo por el Fisco, paree un poquito exagerado, precisamente en un momento en el que se baten marcas de afiliación a la Seguridad Social. Es cierto que la inmigración en España ha crecido de la noche a la mañana, y eso es bueno, aunque hay empresarios sin escrúpulos que pretenden aprovecharse de la situación. Ahora bien, el porcentaje de inmigrantes en Alemania aún es superior al español, y no parece que el tratamiento laboral a los turcos kurdos sea excelente en aquel país.

No sólo eso. La misma Müller nos ofrece un curioso cuadro de las negociaciones para la renovación del marco financiero de la Unión Europea: Se acabó el cuerno de la abundancia para España. El embuste de que España ha chupado desde 1986 del presupuesto comunitario debe terminar. Veamos: el país que más recibe de Europa, sólo que indirectamente, es Francia, por el reparto de la política agraria común, de la que es la gran beneficiaria. Es cierto que España recibe fuertes sumas de dinero en calidad de fondos estructurales y fondo de cohesión (este último tiene mucha menos importancia de la que se apunta, sólo que resulta muy visible, dado que es una subvención directa) pero también lo es que sin los fondos estructurales y regionales simplemente no existiría Unión Europea. Una España sin infraestructura no se habría convertido en una colonia empresarial franco-alemana, en las que las empresa de ambos países venden lo que quieren y como quieren.

Además, España se ha desarmado, se ha liberalizado, mucho más que Francia y Alemania, destrozando nuestra empresa (el caso de IZAR es clamoroso) para hacerles huecos a las multinacionales galas y germanas. Multinacionales que, ojo, en su mayor parte son o bien estatales (Francia) o bien federales (lander alemanes), que compiten con ventaja. España recibe subvenciones directas, ciertamente, a costa de eliminar su sector agropecuario y su tejido industrial, en beneficio de alemanes y franceses, principalmente.