Sr. Director:

Acabo de leer un artículo del Sr Xavier Pomés, ex-consejero de Sanidad y de interior de la Generalidad de Cataluña criticando a la Iglesia porque, según afirma, no hace nada a favor de la inmigración.

Me ha parecido tal atentado a la verdad de los hechos que me he visto en la obligación, no ya como cristiano, sino como ciudadano de este país, de escribir estas notas para rebatir las mentiras del S r. Pomés en su artículo publicado en La Vanguardia el pasado día 6 de septiembre.

La Iglesia, sin duda alguna, es la primera institución que en España se preocupa, a todos los niveles, por dar acogida, acompañar y ayudar a los inmigrantes. Son miles y miles de cristianos los que desde las pastorales de inmigración de las diócesis de España, Cáritas y parroquias, asociaciones y personas profesionales y voluntarios, laicos, sacerdotes, religiosos y religiosas, se encargan de ello.

La Iglesia se solidariza con los inmigrantes desde una ingente tarea asistencial, pero la más importante, sin duda, es la tarea de denuncia de los gobiernos centrales y autonómicos, y de legislaciones y decisiones políticas que descaradamente se han organizado anteponiendo todo a la dignidad como personas de los inmigrantes.

¿Cómo nos juzgará la historia por las toneladas de sufrimiento a que sometemos a los que llegan a nuestras fronteras perseguidos por el azote del hambre, las guerras, la miseria, que los países enriquecidos causamos a millones de hermanos en los países del Sur?

Pablo Matute Martín

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