Sr. Director:
He oído por la radio que una mujer se ha acercado al presidente del Gobierno y le ha dicho: ¡hay que ver, el poder que aún tiene la Iglesia en la sociedad! ¿no se podría hacer algo?

Y Zapatero le responde con esta acusación: en ningún país de Europa sucede lo que aquí, esta pretensión de la jerarquía católica de tener protagonismo en el debate público y de condicionar la acción política.

Va a ser que no Sr. Zapatero, ¿es que no sabe que es España el único país de Occidente donde se mantiene en pie la batalla antirreligiosa? Tome nota que la Iglesia como otra institución, no sólo tiene el derecho, sino la obligación, de ser protagonista en el debate público y en el transcurrir de la acción legislativa y ejecutiva del poder político. No es, ni tampoco pretende ser un partido político, ni se identifica con ninguno. No busca privilegios. No se mueve por ideologías, sino por el Evangelio.

Como dijo Benedicto XVI en su magnífico discurso a la Universidad de La Sapienza, la Iglesia es una comunidad que custodia un tesoro de conocimiento y de experiencia ética, que resulta importante para toda la humanidad.

La voz de la Iglesia expresa una razón ética decisiva para conformar la opinión pública, más aún en un país como España en el que la tradición católica sigue siendo mayoritaria, aunque eso disguste a Zapatero.

Si estas cosas supiera ZP (), no haría el ridículo, pero claro eso es ya mucho pedirle.

Nieves Jiménez

nimene44@gmail.com