El ex futbolista pedía una retirada de depósitos de los bancos: equivocó el lado del balance. La vicepresidenta económica del Gobierno Zapatero asegura que lo que hay que hacer es regular la banca por lo que se entiende seguir rescatando bancos y países: es lo que anhelan los especuladores

Una de las tragedias más graves que pueden afectar al bien común es un altruista entusiasta. Eric Cantona, el ex futbolista siempre dispuesto a intercambiar mamporros de tortas con sus críticos, es un indocumentado bienintencionado. El muchacho había oído que los bancos eran los culpables de la crisis (y, en efecto, en parte lo son) y decidió aprovechar para pedir a los clientes que colapsen los bancos con la retirada de depósitos. Pero hombre, don Eric, si el pasivo es el lado noble del balance bancario. El problema está en el activo, en las inversiones bancarias. De hecho, los bancos de inversión, los más especulativos, no tienen clientes particulares. Por contra, la banca doméstica realiza una gran labor para el bien común: no sólo por la comodidad de los pagos electrónicos sino por la remuneración que ofrecen a los ahorradores poco codiciosos, aquéllos que se conforman con no perder.

Don Eric: los bancos de depósitos son los buenos, los de inversión son los malos.

Además, olvida Cantona que los mayores y más peligrosos especuladores no son los bancos de inversión sino los políticos que, por hacerse simpáticos a los electores, han creado una burbuja de deuda pública que deja en enana a la burbuja privada. Dicho de otra forma, son los gobiernos los que han creado el océano de liquidez donde todos nos estamos ahogando, son los que emiten la deuda con la que especulan los privados.    

Pero peor ha sido la reacción de los ministros de Economía de la Unión Europea, verdaderos fracasados en la lucha contra la crisis, quienes han desatado la soberbia del experto. La vicepresidenta económica del Gobierno español, Elena Salgado, un país que ha conseguido batir todas las marcas de desempleo, se permitió calificar la iniciativa de Cantona como efectista y poco practica, calificativos que seguramente casan perfectamente con su trayectoria al frente de la gestión económica. Salgado demuestra que tiene pocas ideas pero muy erróneas y enormemente arraigadas, y asegura que la solución está en la regulación. Pero hombre, doña Elena, que a estas alturas todos sabemos lo que es regular: salvar bancos con dinero público y, de un tiempo a esta parte, algo peor: salvar a los bancos y a los inversores en deuda pública con el dinero de los contribuyentes. Si la mejor ley de prensa es la que no existe, la mejor regulación financiera es la que trata a los intermediarios financieros como a cualquier otro empresario: cuando sus deudas superan a su patrimonio le llevan a al concurso de acreedores y, si no remonta, a la liquidación.

Cantona anda errado pero lo de Salgado es un desastre. Con una diferencia: la sugerencia de Eric puede despreciarse con entera libertad; la de Salgado nos la imponen desde el Boletín Oficial del Estado.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com